A CAPELLA Por MAURICIO HERNÁNDEZ OLAIZ - Linea de Contraste

A CAPELLA Por MAURICIO HERNÁNDEZ OLAIZ

Fue por urna, no por escritura.

Ganaron una elección, no compraron un estado. No tienen, ni tendrán, una escritura de propiedad del gobierno, aunque con el mismo vayan a conseguir muchas otras escrituras. El actuar como dueños del estado y no como servidores públicos de una administración, es una de las causas que los lleva a cometer error tras error, que probablemente hoy no les preocupe, pero al paso del tiempo serán una pesada loza que mover.

Los primeros meses de la administración Lorenista han estado llenos de opacidad, mentiras, torpezas, promesas rotas, impunidad, mucha presunción y harto negocio.

No son pocos los que se sienten todo poderosos, intocables. Que con dedo flamígero han removido personas, por viejas y estúpidas rencillas, dejando a familias tlaxcaltecas sin empleo ni oportunidad de desarrollo. No existe un dato de individuos que han sido removidos de su puesto a la llegada del actual gobierno, pero son muchísimas, sin importarles cuál será su futuro, está claro que no se gobierna para todos, empezando por los dejados a su suerte, en la mayoría de los casos sin ponerse a evaluar su experiencia y oficio en el puesto.

Pero La gobernadora vive en ese su estado comprado, donde no le debe nada a nadie y dónde no hay que entregar resultados, solo meras simulaciones, la marca de la casa.

 Ahí en el Tlaxcala donde toda camina sobre ruedas, donde hay prosperidad y no hay pandemia, ahí donde no existe la inseguridad, ni el femenicidio, menos el robo o el hurto vulgar. En el Tlaxcala de la nueva historia no existe el crimen organizado, tan solo alguno que otro despistado y solitario bandolero que además en este momento ya cayó, según ellos, en manos de la eficiente autoridad.

En el Tlaxcala de la gobernadora, solo con 300 policías tiene para presumir su propiedad más segura, dónde se desbordan los anaqueles de tantas medicinas y material de curación, y sin duda hay de sobra porque al enfermo no se la entregan para que no se les acaben a la hora de cacarear la foto.

Pero si alguna mente despistada, extrañada entre el lugar comprado que creen tener y el que solo es prestado por decisión en la urna, le señala que algunos y muy contados medios y periodistas difieren abiertamente de su realidad morbosa, y no solo por llevar la contraria, sino con evidencia clara e incontrovertible. La mujer en el poder estalla en cólera y usando los mismos falaces argumentos, cual perverso guión, que utiliza el de Macuspana, denosta y calumnia a ese puñado de personajes que se niegan a sumarse a las huestes de porristas. Los pretextos son idénticos, los resultados también, hay dos Méxicos, dos Tlaxcalas, solo un pueblo.

¡No quieren a Tlaxcala! Dicen… ¿No será que quienes no lo quieren son los que abusan de su poder y cargo para servirse de él?… No se equivoquen.

Cuenta la historia que Nerón tocaba la cítara, que no un violín, mientras ardía Roma. Tlaxcala empieza a arder en distintos puntos. El hartazgo del pueblo contra sus autoridades es cada vez más común, pero en palacio de gobierno no son suficientes aún las llamas para sacar el instrumento, que en este caso seguro será solo un ruidoso teponaztle. Porque meter las manos en el fuego se antoja difícil, no por gusto, sino por profusa incapacidad.

Habemus Plan estatal de desarrollo. Igual lo presumen como la guía inequívoca del éxito y la prosperidad, no lo sabemos pues no lo conocemos. Cuesta entender como algo que debería ser público se mantenga oculto con tanto sigilo. Tal vez para poder seguir vendiendo ese Tlaxcala del Bienestar, tan falso como el avance que alardean tener, aunque seguramente se resguarda para no evidenciar otro documento más elaborado en las rodillas y sin ninguna capacidad. Como otros que ya han evidenciado la abundante ineptitud.

Tlaxcala es estado libre y soberano pero algunos, amparados en el poder, se empeñan en adueñárselo, bajo una corta visión de progreso y de mucha altivez. Porque hay que decirlo, hoy Tlaxcala tiene a la Virreina del bienestar,  pero debajo hay otros virreicitos y virreicitas emparentados por sangre o amistad que igual señalan quienes tienen sus días contados, en lugar de ver cómo ayudarles a crecer.

Tenemos largos años por delante. Toma tu voto, que no tú escritura.

@olaizmau