ANÁLISIS EN CONTRASTE Por MONTTZERRAT SÁNCHEZ MOCTEZUMA - Linea de Contraste

ANÁLISIS EN CONTRASTE Por MONTTZERRAT SÁNCHEZ MOCTEZUMA

El Amparo en tiempos de covid

Sin duda alguna, la visión de la vida ha cambiado por la crisis de salud que sufre el mundo entero a causa de la pandemia de coronavirus (COVID 19) que, si bien inició afectando la salud, era evidente que contagiaría aspectos sociales, políticos, económicos, educativos, familiares, de impartición y acceso a la justicia y, por qué no, hasta de valores éticos y morales.

En efecto, la situación actual no sólo ha invadido la salud, sino que también ha trastocado el modo de vida de la sociedad en general, las necesidades y prioridades han cambiado al igual que los hábitos de higiene tanto individuales como colectivos, las políticas públicas, la forma y los instrumentos de trabajo, es más, hasta los delincuentes se han adaptado a esta realidad, y es que no nos queda otra mejor opción, pues de lo contrario estamos condenados a perecer, no por la enfermedad propiamente sino por la falta de capacidad adaptativa para subsistir.

Es verdad que todo ello nos tomó por sorpresa y que en un inicio resultaba incierto el futuro de la humanidad, por un instante se paralizó el mundo entero, pero no fue excusa para quedarnos en ese estado sino que, por el contrario, tales circunstancias fueron fuente de motivación para activar nuestra creatividad a fin de afrontar de manera inmediata y con acciones efectivas la realidad, como se ha logrado en la medida de lo posible hasta ahora; no obstante, esas acciones aún deben perfeccionarse con mira al futuro pues, como se dice popularmente, este virus llegó para quedarse.

La impartición de justicia no es ajena a ese contexto y, de igual modo, en cada uno de sus niveles de competencia, ha reformulado temporalmente sus prioridades, procedimientos, instrumentos y medios para atender el escenario que se le presenta a consecuencia del fenómeno de salud que se vive, sin dejar en completo estado de vulnerabilidad a los justiciables.

Por su parte, el Poder Judicial de la Federación se ha enfocado primordialmente en proteger y hacer efectivos los derechos humanos contra actos u omisiones arbitrarios de autoridad o de algún particular a través del juicio de amparo, a fin de garantizar su respeto y hacer valer el estado de derecho en esta época de crisis que se presta a que -con mayor razón, en cualquier momento- se cometan múltiples atropellos a los derechos fundamentales.

Y es que, aun cuando esa es una de sus principales funciones distintivas o propias, este nuevo panorama ha obligado a los órganos jurisdiccionales que lo integran a tomar medidas específicas necesarias para garantizar la efectividad de los derechos humanos, modificando paradigmas en torno a la competencia para conocer del juicio de amparo, a la procedencia de éste, al carácter de autoridad responsable, a la forma de trámite y a los efectos para los que se concede la suspensión de manera excepcional atendiendo a la urgencia y circunstancias que imperan en el país y que no se habían experimentado.

Desde esta óptica, revisaremos en próximas publicaciones este fenómeno que se ha presentado en el juicio de amparo en nuestro país y que resulta de gran interés para todos, no sólo para los conocedores del derecho, ya que nos brinda un espectáculo de freno al poder o a los caprichos de los quejosos, porque por muy sorprendente que parezca, también se ha dado.