ANÁLISIS EN CONTRASTE Por EDGAR SALAZAR MACÍAS - Linea de Contraste

ANÁLISIS EN CONTRASTE Por EDGAR SALAZAR MACÍAS

Lo justo y lo legal

Hace un par de meses, en una de las calles de la Ciudad de México, intentaron robar el espejo de mi coche, y digo intentaron porque, a pesar que lo arrancaron y ya se lo llevaban, la policía detuvo al personaje en cuestión en flagrancia. Lo llevaron detenido, tuve que ir a presentar mi querella en contra de dicha persona, y hasta ese momento sólo supe que el delito de robo de autopartes en la Ciudad de México amerita prisión preventiva, en este caso, supe que le habían decretado prisión domiciliaria. Me desentendí del tema hasta que me llamó el Ministerio Público encargado del caso, en el que me señaló que la defensora de oficio del imputado estaba solicitando que le otorgara el perdón a esa persona, las razones por las que estaban pidiendo eso es porque es una persona en condición de calle, y que además de todo tiene una enfermedad renal terminal.

Conforme iba diciéndome eso el Ministerio Público, traté de pensar lo más rápido que pude, analizar la situación de desventaja y desventura en la que se encontraba la otra persona, finalmente le dije que no aceptaba otorgar el perdón, porque a final de cuentas mi patrimonio se había visto dañado, que me apenaba la situación en la que estaba el imputado, pero yo había sido la víctima, y tenía derecho a que me repararan el daño. En este momento se dio un choque en mi cabeza al pensar en que esta persona, obviamente no va a poder pagarme la reparación del daño, pero no por estar en la condición en la que está, iba a poder ir por la vida, o al menos lo que le resta de vida, generándole daño a la gente y quedando impune porque está muriendo.

Es ahí donde surge la duda sobre la justicia y lo que es justo. Las víctimas en todo momento merecen justicia, aunque a veces, el sistema de justicia puede ser imperfecto a causa de sus operadores, se debe aspirar siempre a que la justicia, de la mano de la ley, prevalezcan en todo momento. Retomando lo que platicaba, en audiencia intermedia, ante mi negativa a otorgar el perdón, la defensa intentó que nos fuéramos a un procedimiento abreviado, y acepté. El imputado aceptó su culpabilidad, la juez fijó la pena, y pues ahora en la etapa de ejecución de sentencia, reclamaré lo que considero que es justo, y eso es la reparación del daño. No me interesa mandar a una persona en esas condiciones a prisión, y repito, sé que no va a poder pagarme, porque no cuenta con los medios, está en una etapa terminal de su vida, vive en estaciones de metro o en el hospital donde le hacen las hemodiálisis, y además de todo, está al cuidado de su mamá. Pero a pesar de todo eso, sigue siendo justo que pague por sus acciones, con el peso de la ley, porque sin duda la vida le está cobrando algo.

A mi mente viene la idea que podría otorgar el perdón, y soltar ese tema, siendo que es algo que no necesito, pero… la ley existe por algo, y debe aplicarse. Repito, las víctimas también tienen derechos, y aparentemente, las víctimas suelen ser las partes olvidadas en los procesos penales. Yo agradezco la excelente atención, paciencia y disposición del ministerio público, y de los que me asistieron a lo largo de la audiencia intermedia, porque son servidores públicos responsables, que me orientaron y hablaron en términos sencillos, que aun siendo abogado, agradecí me explicaran.

TRES PUNTOS…

Han pasado 15 años desde tu partida, 15 años en los que no has sido olvidado, 15 años en los que, para bien o para mal, he intentado vivir bajo tu ejemplo de las cosas buenas y justas. 15 años que a veces parecieran ser menos, pero en momentos como estos, caen por su propio peso. 15 años en los que en más de una ocasión me hubiera gustado que hubieras estado ahí… en fin, han sido 15 años en los que me sigo sintiendo orgulloso de ser tu hijo, porque a pesar de todo, soy parte de ti, y tú eres parte de mi. Gracias papá. Es cuanto.