DE CONYUNTURA Por GERARDO SANTILLÁN
Atípica
Así fue la Semana Santa vivida hace unos días, cuando las calles y centros de reunión religiosa permanecieron totalmente vacíos, en una especie de desolación que llamó mucho la atención de las personas.
En un caso en particular, en Chiautempan, el Viernes Santo pasó como un día más de vacaciones y solo se pudo saber que hubo actividad conmemorativa por la Diócesis a través de las redes sociales, para garantizar la sana distancia.
Eso solo fue un ejemplo de lo que la propagación del Coronavirus está haciendo con la vida social y económica. En Santa Ana se perdieron varios millones de pesos de derrama económica, tan solo por la concentración masiva de personas que se llega a contar en 60 mil.
Vendedores de todo tipo de mercancías y oferentes de servicios, vieron como perdieron la gran oportunidad de hacer una venta importante, una de las más altas del año. Lo cierto es que en lo religioso el impacto fue tan grande como la fe de mucha gente de asistir a la representación de las tres caídas, sin tomar en cuenta a los grupos de representación.
Así que la Semana Santa 2020 quedará en el recuerdo que todos querrán olvidar, pues representó todo lo peor de una pandemia de la que todavía no entramos a la fase 3, por lo menos en Tlaxcala, aunque ya se han adelantado algunas medidas.
Hasta los líderes religiosos mundiales y nacionales se quedaron solos, no pudieron hacer la celebración de las actividades como acostumbraban. Esperemos que quede como un mal recuerdo y nada más.