Khalif y Carini: discurso de odio en contra de la mujer y la comunidad LGBTTTIQ+
La pelea entre Imane Khalif y Angela Carini sacó a la luz la intolerancia y el odio tan arraigados que la sociedad occidental ha tratado de ocultar mediante discursos políticamente correctos y mercadotecnia
Tlaxcala, Tlax; 06 de agosto de 2024 (Ángeles ZR). – La pelea de box entre la argelina Imane Khelif y la italiana Angela Carini en los Juegos Olímpicos (J.J. O.O.) París 2024 se volvió viral debido a una serie de controversias cuya raíz es la misma misoginia de siempre.
Khelif y Carini se enfrentaron en una pelea de boxeo en la que la argelina dio el primer golpe que rompió la nariz de la italiana quien decidió retirarse después de ese primer round.
Aunque ambas son boxeadoras que cumplen con el peso que se requiere para una competencia igualitaria, y han perdido y ganado competencias que las llevaron a ganarse su boleto para París 2024, espectadores de los J.J. O.O., usuarios de redes sociales y medios de comunicación criticaron que la pelea fue desigual debido a que Khelif era “una mujer transgénero”.
Incapacidad para identificar fake news
La red social X se inundó con el hashtag #SaveWomenSports (Salvemos los deportes femeninos) donde miles de comentarios de usuarios denotaron un discurso transfóbico en contra de Imane Khelif debido a sus facciones y fisionomía similares a las de un varón, argumentando que ello es prueba de que era una mujer transgénero; este evidente acto de odio contra la comunidad LGBTTTIQ+ reflejó que la sociedad actual sigue siendo intolerante contra la diversidad de identidad de género, así mismo su falta de capacidad para analizar el contexto deportivo en el que se llevó a cabo la pelea, pues ambas deportistas, de hecho, son biológicamente mujeres, por lo tanto era imposible que los reglamentos de los J.J. O.O. permitieran que una mujer se enfrentara a un hombre en una pelea de boxeo dispar.
Estereotipo femenino en el deporte
Imane Khalif es una boxeadora que padece síndrome de hiperandrogenismo, que se caracteriza por un desequilibrio hormonal en el que existen niveles elevados de andrógeno, una hormona que provoca virilización, es decir, que su fisionomía luce más masculina, así mismo la persona puede perder el periodo menstrual, tener acné, mas vello corporal del usual, así como perdida del cabello.
La controversia por el aspecto masculino de Imane Khalif y las críticas crueles que recibió solo son una prueba más de que aún se vive en una cultura patriarcal que defiende a toda costa los estereotipos de género que dictaminan las normas y convenciones de lo que debe ser, cómo se debe de comportar, y aspirar una mujer, o el ideal de lo que representa la mujer; a pesar de que el ámbito deportivo es un espacio donde mujeres pueden desarrollarse por sus habilidades y capacidades, y no por su aspecto físico, la sociedad sigue demandado un ideal de deportista femenina que obedece a funciones de consumo masculino.
Imane Khalif al no cumplir con el estereotipo de mujer, y peor aún, de mujer deportista que busca satisfacer al público masculino, fue víctima de un discurso misógino que cuestionó su valor como mujer, por un lado, y por otro, la castigó por haber nacido diferente, y mucho más lamentable, experimentó cómo la sociedad volvió hostil el espacio donde la boxeadora había encontrado un lugar donde puede ser quien es sin ningún estigma ni violencia.
Violencia e intolerancia no son feminismo
Las redes sociales también mostraron un discurso supuestamente feminista, pero claramente incongruente que por un lado exclamaba defender a las mujeres y sus espacios exclusivos de hombres que quieren despojarlas de ellos al identificarse como mujeres trans, y por otro, sigue propagando con actos y discursos la violencia de género al presentar a Carini como una mujer indefensa cuya vida corría peligro al enfrentarse a un hombre, cuando en los J.J. O.O. se han reportado violencia y acoso sexual a las asistentes por hombres locales y extranjeros.
Este doble discurso no pretendía defender a la mujer, si no, que fue una connotación del odio que subyace aún en la sociedad occidental en pleno siglo XXI; la justificación no es más que eso, una justificación para validar discursos misóginos y de odio en contra de la comunidad LGBTTTIQ+, dos sectores que han sido dominados por un patriarcado que ratifica con actos violentos y asesinatos su estructura y sus mecanismos de poder.
La pelea entre Imane Khalif y Angela Carini no podía haber sido más pertinente en este contexto, pues sacó a la luz la intolerancia y el odio tan arraigados que la sociedad occidental ha tratado de ocultar mediante discursos políticamente correctos y mercadotecnia que lucra con dos movimientos que históricamente han prevalecido con sacrificios, esfuerzos, y víctimas que jamás obtendrán justicia mientras la estructura social hegemónica sea patriarcal.
Finalmente surgen cuestiones como hasta cuándo permaneceremos como individuos pasivos ante el constante bombardeo que impone la cultura en general del estereotipo de género, y cuándo comenzaremos a reconocer el daño que ha causado a generaciones y generaciones de personas, y aún mas primordial, hasta cuándo dejaremos de obedecerlo.