SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ

La Feria
Sin saber si las condiciones serán aptas para realizar la edición 2021 de la Feria de Tlaxcala, se ha dado a conocer el nombramiento de Josefina Rodríguez Zamora como presidenta del Patronato de Feria.
La designación es oficial. Se dio, sin embargo, sin la presencia del gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez y de la gobernadora electa Lorena Cuéllar Cisneros.
El nombramiento sigue el mismo ritmo que desde la noche del 6 de junio marcó el mandatario estatal, en el sentido de reconocer el triunfo de Cuéllar Cisneros, a contracorriente de lo que su candidata, Anabell Ávalos Zempoalteca, quien ese mismo día decidió festejar un triunfo que no estaba respaldado con números, sino con suposiciones
La civilidad política del nombramiento es muy similar a la que se presentó en 2018, cuando Andrés Manuel López Obrador ganó la presidencia de la república. Desde ese momento el tabasqueño tomó las riendas del poder. Algo similar sucede en Tlaxcala.
El círculo rojo lo interpreta bien, aunque sean pocos quienes lo digan con claridad: en el fondo hay un sentido de impunidad por los malos manejos que en el futuro se encontrarán.
En Tlaxcala no se llegará al extremo de una consulta, que en el ámbito nacional es avalada e impulsada por el presidente, aunque éste se lave las manos al decir que no votará. Pero los hechos son claros: hay una impunidad avalada desde el poder. Por eso la corrupción continúa y la percepción nacional, en ese sentido, es justa.
Si bien hay una auditoría nacional recién salida que indica que no hay malos manejos financieros por parte de la administración menista, el gobernador prefiere poner sus barbas a remojar y llevar la fiesta en paz. No se avizoran, por lo tanto, sobresaltos por más que Lorena Cuéllar, en campaña, haya destapado una supuesta corrupción en Pensiones Civiles que, lo sabe bien, no es tal. Ahí hace falta una reforma estructural para quitar el abusivo pedimento anual de los sindicatos.
Pero regresemos. El nombramiento de Josefina Rodríguez Zamora es el preámbulo de lo que se avecina: un gobierno elitista, similar al momento de la definición de candidaturas, donde prevaleció un interés económico, avalado por encuestas inexistentes.
No es el hecho de que la designada haya sido candidata por el Partido Fuerza por México, sino por lo que hay atrás de ella: hija de un hacendado de Atlangatepec y propietaria, junto con su esposo, de una constructora, a más de tener intereses en una casa taurina.
Lo anterior es preámbulo de lo que viene. Habrá una reingeniería de la Secretarías que componen el gabinete, pero el talante en los nombramientos será el mismo.
La gobernadora electa tendrá que decidir y lo hará pronto, en un máximo de tres semanas según su dicho. Lo primero que se conoce es algo contrario a lo que pregona su impulsor desde la presidencia de la república. Sus políticas, hasta ahora desconocidas, dirán lo que será el rumbo de su administración. Ya opinaremos.
Lineazo: Si alguien pretende transparencia en la rendición de cuentas públicas, está equivocado. No será por el Órgano de Fiscalización Superior (OFS), sino por una Legislatura que ha demostrado ineptitud, irresponsabilidad y corrupción. Varios tratarán de sacar raja política y económica antes de su salida. Seguirá la impunidad.