SIN FILIAS Y SIN FOBIAS Por JOSÉ JACINTO VEGA

El Juicio de García

El proceso judicial que se le está llevando en una Corte de Nueva York a Genaro García Luna, presunto señalado de haber protegido a la delincuencia organizada durante su paso por las instancias policiacas en que transitó su carrera pública en México; juicio que fuera festinado desde la captura de García por el presidente López Obrador, como una posible vía que llevará a ver a su odiado enemigo, el ex presidente Calderón Hinojosa en la misma suerte, parece que resultará en más ruido que nueces.

El propio Don Andrés ha empezado a mostrar su frustración por lo que hasta hoy ha sido dicho juicio, en el cual, la fiscalía no ha podido presentar nada contundente en contra del acusado, y de seguir por esa ruta al final este podría salir airoso de las acusaciones en su contra, lo que sería un tremendo golpe al sistema judicial norteamericano, además de un despilfarro de recursos públicos, y en el seno del gobierno de la 4T un golpe moral para su líder, quien solo tendría que conformarse con sacar su frustración en su pulpito mañanero, despotricando contra todo aquel que considere responsable de que García no llegue a terminar tras la rejas, y que después de ello se pudiese acusar de algo a Calderón.

No es que García sea una inocente palomita, pero si podría aparecer como mucho más hábil que sus acusadores y, aun cuando en el consciente colectivo se le crea culpable, en los hechos podría salir exonerado. López Obrador ha dedicado mucho más tiempo de su presidencia a odiar y acusar que a trabajar, ha sido el presidente que más ha hablado públicamente, pero también quien más ha mentido; ha actuado más en función de ver cómo se perpetua en el poder a través de tercera persona, que a resolver los grandes problemas del país; les ha mentido a los pobres al reciclar la pobreza como fuente de su apoyo popular, en vez de tratar de sacarles de sus condiciones de precariedad.

Ha afectado a la macroeconomía de manera tal, que su sucesor sea quien sea, enfrentará un escenario muy complejo; ha destruido instituciones y leyes, no para mejorarlas sino para que no le estorben en su ambición dictatorial. Con todo ello, ha hecho que al paso del tiempo sus detractores del 2006, que le endilgaron la frase de que “es un peligro para México”, lamentablemente estén más cerca de la razón al paso de los días; La mayoría de los mexicanos que creyeron en Don Andrés, sin saberlo hoy, están en el umbral de enfrentar la más grande decepción política de sus vidas, y la generalidad de la sociedad, de tener que pagar las consecuencias del paso de este por la presidencia.