SIN FILIAS Y SIN FOBIAS Por JOSÉ JACINTO VEGA - Linea de Contraste

SIN FILIAS Y SIN FOBIAS Por JOSÉ JACINTO VEGA

El coscorrón a Marco Mena

En antaño, tanto en el ambiente familiar como escolar, era común que, cuando algún menor se salía de las normas de conducta aprobadas, alguien de sus padres o mentores le pusieran un coscorrón para que se comportara con corrección.

La semana pasada se dejó correr en medios locales datos sobre el presunto desfalco a las finanzas estatales que habría dejado la administración que encabezó Marco Mena (2017-2021), lo cual, simplemente pareciera parte del proceso de revisión de las cuentas públicas que el Órgano de Fiscalización Superior entregó al Congreso para la aprobación o modificación de los dictámenes correspondientes; Sin embargo, la coincidencia temporal que esto tuvo con otras filtraciones, que pretenden posicionar al exgobernador Mena como aspirante al Senado de República, hace aparecer a las notas sobre el desfalco como una especie de “estate quieto” contra Marco.

Si algo se le puede señalar a Marco Mena como exgobernador, es su completa sumisión a su sucesora, lo cual fue observable desde la campaña electoral del 2021, en la que, si bien no se le puede comprobar que haya favorecido a Doña Lorena, si se le puede achacar su desinterés respecto a la candidata de su partido, a la que simplemente dejó a su suerte. Incluso, para ofrecer más garantías, Marco impuso a su hermano Fabricio en la cabeza de la lista plurinominal local del PRI, atropellando al presidente del partido Noé Rodríguez, a quien se daba por descontado que tendría esa posición, sin embargo, a Mena no le importó fracturar más a su partido con tal de ofrendar a Cuéllar Cisneros un diputado local incondicional, como si le hiciera falta, quien además es su cuñado.

El hoy diputado Fabricio, personaje conocido por años en la política local solo por ser hijo de quien lo fue, y posteriormente por ser hermano de quien es, como diputado ha tenido dos cualidades: la primera, una completa entrega a la voluntad de la gobernadora, y la segunda, un color gris intenso como el que siempre ha tenido. La suma de las actitudes de los hermanos Mena muestran que no son de peligro político para Doña Lorena, por lo que un aparente “estate quieto” parece como rudeza innecesaria.

Ahora, si la intensión de la administración Lorenista es realmente castigar las presuntas conductas deshonestas de Mena y su equipo de gobierno, como parte de la estrategia López-Obradorista de sepultar al PRI, entonces si los Mena deben temblar, ya que pueden acabar sancionados de diversas maneras, lo cual sería trágico para ellos después de “la agachada de cabeza” que han dado frente a Cuéllar desde que esta era candidata.

La calificación de las cuentas públicas en Tlaxcala siempre ha estado envuelta en escándalos de encubrimiento a la corrupción; tradicionalmente la Comisión de Finanzas y Fiscalización del Congreso local ha sido una simple ventanilla en la que los entes con problemas en sus respectivos dictámenes, literalmente negocian “el de a cómo” será el trámite para salir aprobados en lo local, aunque eso no les exime de que la Auditoría Superior de la Federación los observe y sancione, si es que salen seleccionados en las auditorias aleatorias que práctica.

La actual legislatura local, como todas en su momento, ha expresado que esta ocasión no tolerará la corrupción, ojalá que así sea, de lo contrario, será otra legislatura más de mentiras y mentirosos. En todo esto, la novela sobre las cuentas públicas de Mena aparece hasta hoy, como un simple coscorrón para que se sosiegue.