SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ - Linea de Contraste

SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ

Costos políticos

El presidente Andrés Manuel López Obrador sigue en su lamentable estrategia de jugar para la tribuna en busca de aplausos. Y a la par, continúa polarizando con opiniones y aseveraciones desde sus conferencias mañaneras. Ha quedado claro que no pretende asumir costos políticos aunque en su posición profundice al país a una crisis jamás vista, que irremediablemente también arrastrará a quienes dice proteger.

Gobernar significa, en momentos de crisis como el actual, asumir costos. Sin embargo, ni los asume ni pretende hacerlo. Es muy posible que en su mente se encuentre la idea de que su proyecto continuará más allá de su gobierno, y por eso mismo busca mantener un respaldo mínimo que ahora mismo le dan los programas clientelares.

Eso no debe expandirse en el país. Y una forma de lograrlo es que los gobernadores no actúen de la misma forma que el mandatario nacional. Varios lo están haciendo con responsabilidad y en ese grupo habría que colocar a Marco Antonio Mena Rodríguez, quien como titular del Ejecutivo se ha reunido con el sector económico, con los alcaldes y con funcionarios del gabinete para establecer estrategias que palien la crisis que ya en varias partes del país existe.

Ahora, sin embargo, falta un paso más que dar. En varias entidades federativas los gobernadores toman día con día decisiones difíciles que están llevando a las personas a un confinamiento obligatorio en sus hogares.

Apenas estos dos últimos días supimos de enfrentamientos en el Estado de México entre policías y comerciantes para impedir la instalación de estos últimos. En otros estados se han aprobado sanciones económicas para las personas que no acaten el programa “quédate en casa”. En Tlaxcala el gobernador debe idear algo similar ante la indolencia de muchas familias que no acatan, en lo más mínimo, las indicaciones de las autoridades sanitarias.

Eso se debe replicarse en Tlaxcala. El gobernador, contrario a lo que no ha querido presidente de la República, debe asumir que para disminuir el número ascendente de personas contagiadas y fallecidas por el Covid-19, debe asumir costos políticos para hacer realidad, en la medida de la posible, la “sana distancia” y el “quédate en casa”.

Este espacio hace propias lo que ayer jueves escribió el director y columnista de El Financiero, Enrique Quintana:

“Un factor que puede agravar el riesgo de un desplome de estas magnitudes (la caída de la economía hasta en un 10 por ciento) es la posibilidad de que se prolongue el confinamiento. Esto ocurrirá si la reducción del número de nuevos contagios diarios no ocurre conforme a lo esperado, y con las presiones para reabrir la economía y la falta de medidas obligatorias a nivel federal para asegurar el confinamiento, es un escenario que no puede descartarse.

“Diversos gobiernos democráticos han tenido que usar su legitimidad para establecer medidas coercitivas que permitan la reducción de los contactos en la proporción necesaria.

“No hacerlo, porque ‘aquí somos democráticos’, es otro ejemplo de que vamos en sentido contrario (a lo que hace López Obrador)”.