SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ

Tlaxcala, incidencia y mortandad
Horacio González
Las estadísticas deben preocupar a las autoridades del sector salud en Tlaxcala. Ayer domingo amanecimos con la noticia de que la letalidad por el coronavirus, Covid-19, en nuestro país es la décima más alta en el mundo dentro de una lista de 137 países.
De acuerdo con esas estadísticas –que no toman en cuenta las reportadas ayer por la tarde por parte de la Secretaría de Salud-, en México existe una mayor posibilidad de muerte por este virus, pues la letalidad por el coronavirus es de 9.4 por ciento, mayor que en países como Estados Unidos, China, Canadá y Brasil.
Lo que debe preocupar a las autoridades de salud en el estado, es el hecho de que la letalidad es más alta en Tlaxcala que el promedio en el país, con el 12.3 por ciento. Sólo basta decir que ese índice está muy cerca de naciones que han enfrentado situaciones graves, tales como Francia, Reino Unido y Francia, que rebasan 13 por ciento de letalidad.
En México hay 19 entidades federativas que tienen una tasa mayor de mortalidad que el promedio nacional, las cuales están encabezadas por Chihuahua con 23 por ciento, Guerrero con 18 por ciento y Morelos con el 15 por ciento. Así que para Tlaxcala las cosas no pintan bien.
Además, los reportes de la SESA -concluida su conferencia de prensa del sábado por la noche- indicaban que la tasa de incidencia de contagio en Tlaxcala es una de las más altas en el país con el 9.2, solo por debajo de la Ciudad de México (41.7) Quintana Roo (31.9), Tabasco (27.4), Sinaloa (22.4), Yucatán (13.3), Estado de México (12.8), Coahuila (10.5).
El viernes pasado en este espacio se reflexionaba sobre el hecho de asumir costos políticos en ciertas decisiones, una de las cuales tiene que ver con reforzar el confinamiento en casa, sobre todo cuando en varias entidades federativas los gobernadores están tomando decisiones difíciles, como el cierre temporal de tianguis y sanciones económicas para quienes no acaten medidas de “sana distancia”.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, pese a sus reiterados llamados de seguir el programa “quédate en casa”, no ha querido asumir un costo político mayor para tomar medidas más estrictas, situación que ha obligado a los gobernadores a asumirlas, junto con las autoridades municipales.
Hay que reconocer que Tlaxcala no puede cerrar su actividad económica por completo, pues ello implicaría un desastre económico para muchas empresas, pequeños negocios y familias, que ya de por sí se las ven difíciles en la actual circunstancia que atraviesa el país.
Si consideramos que siete de cada 10 trabajadores en el estado trabajan en la informalidad, y que éstos por necesidad requieren ganar un poco para sobrevivir, la situación se agrava más. Y más aún, no existe el apoyo necesario que muchos sectores exigen de la federación, que por goteo anuncia programas que parecen insuficientes ante la gravedad económica que ya se vive.
Sin embargo, es claro que las autoridades estatales deben implementar estrategias que disminuyan la incidencia de contagio y de mortandad por coronavirus. No hacerlo tendrá para Tlaxcala graves repercusiones porque no hay ni la infraestructura hospitalaria, ni personal médico suficiente, ni los insumos para que estos últimos trabajen.
El panorama es complicado, pero ante lo difícil que serán las próximas tres semanas, más nos vale implementar ahora, que arrepentirse después.