SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ

Educación a distancia, algunas dificultades
La pandemia del coronavirus, Covid-19, se ha traducido en una dificultad muy seria para el educativo. Es así porque las acciones sanitarias han obligado a muchas familias a permanecer en casa el mayor tiempo posible con el objetivo de evitar el contagio y la propagación del virus.
Lo anterior ha obligado a las autoridades educativas a implementar acciones que en condiciones normales no se llevarían a cabo. Una de ellas, la principal, es la educación a distancia a través de computadoras y de teléfonos móviles conectados a internet, lo mismo que programas televisivos a través de los cuales se transmiten programas educativos básicos para que los alumnos y las alumnas continúen con su aprendizaje.
Esta nueva condición de enseñanza tiene sus retos y sus dificultades. Por ejemplo, el Índice de Progreso Social 2019 refiere que apenas un 39.20 por ciento de los hogares cuenta con computadora y que en 34.19 por ciento de los hogares tiene conexión a internet. En contra parte, un 71.19 por ciento de la población es usuaria de telefonía móvil. Son de esos datos que evidencian uno de los obstáculos por el que pasa el sector educativo.
Hay más, por supuesto. Este espacio tuvo la oportunidad de conocer un reporte escrito por una directora de escuela de educación primaria, en el que enumera algunas de las dificultades que los docentes enfrentan día con día. A continuación se reproduce parte de ese reporte:
“No es lo mismo que un alumno pase horas frente a un televisor o una computadora, que tenga frente a él a un docente que no sólo le enseñe el programa educativo respectivo, sino le oriente, le incentive y tenga para él diferentes estrategias que en muchos casos requiere de manera individual. Es el caso, por ejemplo, de aquellos infantes con capacidades diferentes y necesidades especiales que muchas ocasiones requieren atención prácticamente personalizada.
“Otro reto importante es el hecho de que los alumnos en casa enfrentan diferentes obstáculos que dificultan su aprendizaje. En muchas familias el padre y la madre deben ir a trabajar todos los días, situación que hace descuidar en su aprendizaje a sus mismos hijos porque éstos no tienen la atención requerida. En otros más el niño o la niña queda al cuidado de los abuelos, quienes tienen que enfrentar vicisitudes a las que no están capacitados pedagógicamente.
“Estas situaciones representan, en el mejor de los casos, el mejor escenario. Lo que pasa es que en algunos casos la familia está integrada por dos o tres hijos, quienes necesitan de igual atención que es prácticamente imposible darla para una sola persona.
“Por otra parte, la crisis sanitaria se ha traducido en una crisis de recursos económicos para muchas familias. Hay casos en que la pérdida del empleo se ha presentado para el padre o la madre, o bien en la reducción de salario, lo cual se traduce en que el infante tenga que contribuir en la generación de ingresos. En otros casos, el hecho de que no haya recursos económicos suficientes imposibilita que el alumno pueda acudir a un internet público cuando no lo tiene en casa.
“Para el docente, el salto súbito de estar frente al aula y colocarse ahora como un sujeto enseñador desde la larga distancia, vía internet, ha representado un reto para muchos, reconociendo que falta capacitación en la materia.
“Todo lo anterior representa un enorme reto para todos quienes formamos parte del sector educativo. El esfuerzo iniciado a mediados del ciclo escolar anterior, continuado ahora debido a la misma emergencia sanitaria, ha rendido frutos con la utilización de estrategias docentes surgidas desde las reuniones del Consejo Técnico Escolar, sin embargo, deben ser reforzadas por las autoridades educativas. La capacitación es sólo una parte. Incentivar a los maestros y a las maestras a crecer, debe ser la otra. Encontrar una mejor forma es una oportunidad que no debe dejarse pasar”.