SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ

Toca el turno a Morena
Desde la semana pasada, el Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) inició la elección de sus candidatas y candidatos a las gubernaturas que estarán en disputa en los comicios de junio del próximo año. En tal sentido, si no sucede nada extraño, esta semana se conocerá a la futura abanderada morenista en Tlaxcala.
La elegida no será candidata formal, pero lo será en los hechos. Su nombramiento oficial será el de coordinadora estatal para la defensa de la Cuarta Transformación, figura que en los hechos representa un fraude a la ley porque a través de ésta, la persona designada iniciará una campaña anticipada con el claro objetivo de alcanzar la gubernatura.
En los casos donde el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado Carrillo, ha presentado a las futuras candidatas, se ha carecido de transparencia. Se informa sobre el resultado de una encuesta, pero se desconocen detalles, tales como: qué empresa la levantó, cuándo se realizó, cuál fue la metodología y qué porcentajes de preferencia obtuvieron cada uno de quienes participaron.
Es decir, la militancia de ese partido político, incluidas las propias aspirantes, deberán tener una fe ciega en lo dicho por su líder nacional, quien en sus participaciones de presentación de las precandidaturas ha sido sumamente cuidadoso de subrayar tres elementos esenciales a conseguir: la puesta en marcha de un proceso de unidad, la formación de un equipo sólido y la inclusión de todos los grupos. Todo con el propósito de dar continuidad al proyecto encabezado en el ámbito federal por el presidente Andrés Manuel López Orador.
La realidad, sin embargo, estará muy lejos de reflejar lo que la dirigencia morenista pretende. No habrá unidad donde no hay transparencia. Pero todavía más: si la elegida es, como todo parece indicar, la ex delegada nacional de programas sociales, Lorena Cuéllar Cisneros, la unidad estará todavía más lejos de alcanzar dentro de ese instituto político.
Hay sustento para afirmar lo anterior. Por ejemplo, Cuéllar Cisneros ha sido excluyente con los otros grupos internos de Morena. Su actuar sectario ha dado como resultado el origen de muchos enemigos internos que seguramente querrán cobrarle facturas si ella aparece en la boleta electoral.
En la pretensión de alcanzar la candidatura de Morena al gobierno estatal, Lorena Cuéllar ha dado varios golpes bajos a sus contrincantes hasta recurrir a una verdadera guerra sucia que ahora mismo empaña su figura. Si bien es cierto que esa guerra sucia no ha sido exclusiva de ella, eso no representa atenuante alguno porque el resultado es el mismo: una división partidista cuyo resultado será la fractura.
Esa fractura se reflejará no sólo en Morena, sino también en la futura alianza que conformará con otros partidos políticos para enfrentar las elecciones. Por ejemplo, las siglas del Partido del Trabajo (PT) podrían respaldarla en su búsqueda por la gubernatura, pero la estructura partidista podría no trabajar a su favor. No por nada el diputado federal Silvano Garay Ulloa ha explorado la posibilidad de dar su apoyo a otras candidaturas, incluida la que ahora mismo encabeza al Partido Revolucionario Institucional (PRI). Y eso mismo puede suceder en otros partidos supuestamente aliados
Para decirlo claro, el problema que la dirigencia nacional de Morena debe resolver no es sólo el de informar que una persona, en este caso Lorena Cuéllar, resultó ganadora. También debe tomar en cuenta los negativos que ahora mismo ella tiene y la perspectiva de crecimiento que esa candidatura tendrá durante el proceso electoral.
La ventaja que Morena tiene en Tlaxcala respecto de sus opositores, puede ir cerrándose conforme avancen los meses y se acerque la fecha de las elecciones. Y vale la pena mencionar lo anterior, porque la experiencia nos dice que caballo que alcanza gana. No le vendría nada mal a Mario Delgado recordarlo.
Lineazo: la senadora Minerva Hernández Ramos anunció su registro para buscar la candidatura de Acción Nacional (PAN) al gobierno del estado. Ninguna encuesta publicadas hasta ahora no le da posibilidades de lograrlo. Su registro, entonces, no obedece a una posibilidad real de encabezar la candidatura de la futura alianza con el PRI, PRD, PS y PAC, sino más bien de legitimar la que seguramente se formalizará más adelante con Anabell Ávalos Zempoalteca.