SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ - Linea de Contraste

SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ

Marco Mena y el Acuerdo por la Democracia

 

En julio de 2018, tras la dolorosa, contundente y humillante derrota tricolor en las elecciones donde Andrés Manuel López Obrador se alzó con el triunfo para llegar a la presidencia de la República, el gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez no sólo anunció un “refresco” en los cargos de los distintos niveles de su administración, sino que también adelantó una reestructuración en la forma de trabajo del Ejecutivo.

Aunque en los hechos tal reestructuración y cambio de colaboradores estuvo muy por debajo de las expectativas, el mandatario estatal aprovechó aquel discurso -memorable al reconocer la “falta de compromiso de algunos” con el gobierno y “deslealtades” con el ciudadano- para anunciar lo que calificó como un “genuino” encadenamiento con el gobierno federal que tomaría las riendas a partir del primero de diciembre de 2018.

Así lo dijo frente a colabores y funcionarios de los tres poderes y niveles de gobierno: “tengan muy claro que habrá un genuino encadenamiento de nuestro trabajo con el nuevo gobierno federal. Se los digo claramente: no tengan duda respecto a que el gobierno del estado se insertará con éxito, con eficacia y respeto mutuo”.

Desde entonces, Mena Rodríguez no ha dejado de ponderar la relación de su administración con el gobierno de López Obrador. En cada una de las visitas presidenciales ha sido especialmente atento y diligente, a pesar de que en algunos momentos el tabasqueño no ha sido recíproco y no ha ido más allá del mero discurso de cortesía.

Pero si López Obrador no ha demostrado a Tlaxcala el amor que dice profesarle, pese ser una de las entidades donde más respaldo porcentual en votos recibió en los comicios donde él resultó electo presidente, por qué entonces el gobernador se da de sí a las primeras de cambio. Pese a todo, es opositor al partido al que el tabasqueño pertenece.

Vale decir lo anterior porque el mandatario estatal no dejó pasar muchas horas y decidió ser el primer gobernador del país en adherirse al Acuerdo Nacional por la Democracia que presentó el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Si bien en todos los actores políticos sensatos del país existe la concordancia de que debe garantizarse la no intervención de los gobiernos en las elecciones, no utilizar el presupuesto público con fines electorales y denunciar la entrega de dinero del crimen organizado para el financiamiento de campañas, por qué no mejor esperar un poco y acuerparse con los gobernadores de su partido como lo hicieron los siete gobernadores morenistas del país en un evento público realizado este domingo.

La Alianza Federalista -de la cual forman parte 10 gobernadores- ha sido más osada y propositiva al asumir un rol que ningún otro actor, al no sólo aceptar la invitación del presidente para firmar dicho Acuerdo, sino condicionarla con que éste sea firmado bajo la autoridad del Instituto Nacional Electoral (INE) y retirar del programa de vacunación contra el Covid-19 a los Servidores de la Nación.

El acuerpamiento de los gobernadores de oposición era necesario de cara a la jornada electoral, sobre todo porque representaba la mejor oportunidad de dar ese mismo ejemplo a los candidatos que impulsan mediante una alianza que ellos mismos han impulsado en sus respectivas entidades federativas.

En esa perspectiva, lo que hizo el gobernador Mena Rodríguez no va en esa dirección. Por un lado, es cierto, busca dar la imagen de que su gobierno será respetuoso del proceso electoral para no intervenir a favor de los candidatos que impulsa su partido y la alianza que él mismo ayudó a construir. Por otro lado, sin embargo, la imagen frente a los suyos es que desde ahora mismo pretende salvarse de cualquier eventualidad en caso de que Morena y sus aliados se hagan de la gubernatura.

Lineazo:  Avorazamiento es lo que han demostrado la mayoría de los hombres que encabezan o encabezaron los partidos políticos en Tlaxcala. Algunos otros, como Movimiento Ciudadano, dieron premio de consolación. Lo único que queda claro es que aprovecharon su condición de poder o influencia para colocarse en el primer lugar de las listas de diputaciones plurinominales, por arriba de las mujeres.

Cuidado porque el tiro les puede salir por la culata. Algunas interpretaciones jurídicas señalan que las listas de representación proporcional deben estar encabezadas por mujeres. Pero sobre ese tema ya volveremos más adelante.