SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ

Escenario en el arranque de campañas
Tres son los factores fundamentales que van a jugar en la elección del próximo 6 de junio: la inconformidad que dejó la selección de candidaturas, el abstencionismo y la movilización de la estructura. En la conjugación de esos factores, quien pierde es el Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Ha sido claro y evidente que en la elección de candidaturas la mayor inconformidad se presentó en Morena. La designación de Lorena Cuéllar Cisneros dejó heridas que se profundizaron al no haber ninguna legitimación por parte de la dirigencia nacional al no informar sobre el resultado de la encuesta, que a decir de muchos no existió.
Pero no aprendieron la elección. Ese mismo error se repitió en la selección de candidaturas para las diputaciones locales y para las presidencias municipales. Los morenistas de abajo, quienes forman parte de la militancia, salieron lastimados porque no hubo pluralidad para incluir a los diferentes grupos internos.
En la dirigencia nacional existe la lectura de que ex militantes de otros institutos políticos puede beneficiarle electoralmente, pero minimizan el potencial de la inconformidad interna.
En el caso del abstencionismo, el promedio de participación ciudadana en Tlaxcala ha sido entre un 60 y 65 por ciento en las últimas elecciones. La pandemia del coronavirus va a afectar, a la baja, el número de votantes.
Si bien es cierto que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha apostado a la presencia de sus programas sociales y a la vacuna contra el Covid-19, la efectividad se verá reducida porque el gobierno estatal también tiene sus propios programas, identificados principalmente en los jóvenes universitarios, en las zonas de pobreza extrema y en las mujeres que quedaron fuera de Próspera.
La beligerancia de López Obrador contra la oposición, principalmente el PRI y el PAN, no es gratuita. Su mal humor en las últimas semanas tiene que ver con la disminución de la ventaja electoral que tenía Morena en las entidades federativas, que invariablemente se verá reflejada en la elección de diputaciones federales, lo cual implica que sus iniciativas ahora sí tendrán discusión en una Cámara que se ha distinguido por el servilismo.
Si el anterior escenario ya es difícil para el Morena y el gobierno federal de cara a las elecciones, lo será más con la movilización de la estructura gubernamental y aquella que manejan los aliados del tricolor.
Cuando el PRI perdió por primera vez la elección por la gubernatura, en 1998, Alfonso Sánchez Anaya tenía claro que su ventaja previa al día de la jornada electoral debía ser no menor a ocho puntos porcentuales. Ese es el poder electoral que puede dar una efectiva movilización de la estructura gubernamental.
A ello hay que sumarle la estructura de los aliados del tricolor, sobre todo la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT), cuyo poder de movilización ha definido elecciones en tiempos pasados.
Así que si bien las encuestas dan una aparente cómoda ventaja a la morenista Lorena Cuéllar Cisneros, el mal manejo de la selección de candidaturas puede convertirse en el inicio de la pérdida de esa superioridad. En Morena, sin embargo, parecen no darse cuenta de ello. Si el exceso de confianza sigue, es muy probable que el siete de junio amanezcan con caras largas.
Lineazo: El pasado 19 de marzo el Tribunal Electoral de Tlaxcala (TET) reconoció que en su momento el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones (ITE) fue omiso en la implementación de medidas afirmativas en favor de la comunidad LGBTTTIQ+, sin embargo, consideró necesario que lo hiciera para futuros procesos electorales con el propósito de dar certeza a los partidos políticos ante la cercanía del registro de candidaturas.
La decisión de la Sala Regional Ciudad de México del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), de revocar esa resolución del TET, pone en predicamentos a todos los partidos porque casi todos han definido sus candidaturas.
En esa circunstancia, todo hace indicar que faltó prudencia en los magistrados electorales federales, pero también hay que reconocer que la decisión es resultado de lo tardío en que la presidenta del ITE, Elízabeth Piedras Martínez, comenzó a trabajar el tema. Ahí está el resultado.