SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ

El PAN en su crisis
En medio de una severa crisis que abarca no sólo el orden nacional con la reelección de Marko Cortés como su dirigente, el Partido Acción Nacional (PAN) se prepara para renovar su dirigencia estatal.
La renovación era necesaria. Los cargos de presidente y secretario general sirvieron sólo para que quienes los ocupan aprovecharan la coyuntura y las circunstancias para conseguir una mejor posición política.
El primero, Gilberto Temoltzin Martínez, al ser postulado como candidato a diputado local y encabezar la lista de representación proporcional, que ahora le hace ocupar una diputación; y el segundo, Miguel Ángel Polvo Rea, saboreando desde ya un próximo nombramiento dentro de la administración estatal, al haber apoyado la campaña de la hoy gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros.
Ambos personajes utilizaron sus posiciones privilegiadas dentro del Comité Directivo Estatal, respaldados por grupos políticos internos que también utilizaron su fuerza para ganar candidaturas en los procesos electorales federal y estatal más recientes. La desfortuna, sin embargo, les acompañó porque los resultados electorales no les favorecieron.
Para ocupar la presidencia suenan diversos nombres, algunos de ellos verdaderamente desconocidos en el ámbito político, quizá por ser fruto de nuevas camadas panistas que de alguna manera han servido para ir renovando al PAN después de que en 2010 perdió la gubernatura ante el tricolor.
La senadora Minerva Hernández Ramos y la diputada federal Lilia Caritina Olvera Coronel son las más conocidas, pero también se encuentran Leticia Valera, Lourdes Huerta y Rocío Cabrera. Lo anterior significa que será mujer quien encabece los destinos blanquiazules, con la responsabilidad de conseguir mejores resultados en las elecciones de 2024.
Serán muchas las candidaturas que en el ámbito local tendrán que ser postuladas, pues ese año se elegirán ayuntamientos, diputaciones locales y presidencias de comunidad, mientras que en el federal serán diputaciones y senadurías las que estarán en juego. El reto desde ahora es hacer que esas candidaturas sean lo suficientemente atractivas al electorado para hacerlas ganadoras.
En todo ello, sin embargo, habrá que estarse muy atento para saber qué pasa en el ámbito nacional con una posible alianza electoral, tal vez similar a la que se presentó en las elecciones de este año con el PRI y el PRD, si es que el priismo no se traiciona a sí mismo y respalda la reforma eléctrica del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Ese es el reto para el PAN y su nueva dirigencia de cara al futuro cercano, pero no logrará resultados positivos si la ambición personal de sus dirigentes para hacerse de candidaturas sigue siendo prioridad, tal y como sucedió con Gilberto Temoltzin. Y lo mismo sucederá si la traición por conveniencias políticas personalísimas se hace presente, como fue el caso de Miguel Ángel Polvo.
Además, si el PAN no lleva a cabo una conciliación interna entre los diversos grupos, también estará destinado a fracasar en las urnas. La exclusión no es la mejor forma de conseguir triunfos electorales.
Más aún si esa exclusión incluye a la panista que más influencia y poder ha tenido en la última década, y que ahora pareciera que la fortuna política no le acompaña. Es el caso de Adriana Dávila, quien después de haber ayudado a muchos panistas a ocupar cargos políticos y administrativos en el sexenio de Felipe Calderón, es objeto de repudio. Así el PAN no irá a ningún lado.
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