SOCIOLOGANTE Por La Dra. ELSA MARTÍNEZ FLORES

La sociedad del espectáculo 2.0

Antes, los cantantes, actores, conductores, escritores y otras figuras públicas que aparecían en televisión, radio o bien en la prensa escrita eran quienes influían en las masas.

Hoy, con la evolución tecnológica, el término influencer adquiere una connotación similar, pero en nuevos escenarios: las redes sociales. Estas figuras digitales tienen el poder de influir en las decisiones de sus seguidores gracias a su credibilidad, carisma o alcance.

Monetizan sus contenidos y se convierten en imagen que vende, opina, critica, sugiere y promueve productos o estilo de vida, siempre dentro de una lógica económica, como lo plantea el teórico francés Guy Debord en su obra La Sociedad del Espectáculo.

Debord sostiene que el entretenimiento domina a las personas en la medida en que la economía ya las ha dominado por completo. En ese contexto, el sistema sigue expandiéndose. Los influencers venden estilos, emociones, momentos y apariencias que se traducen en seguidores y likes.

Los influencers son parte de la sociedad del espectáculo 2.0 ¿Por qué? Porque operan dentro de un entorno de interacción digital masiva caracterizado por la velocidad y la inmediatez del consumo de contenidos.

Hoy ya no se mide la audiencia por rating o tiraje, sino por el algoritmo, que premia a quien más se expone. Muchos influencers parecen una réplica de otros, mientras algunos extremos buscan notoriedad a cualquier costo: en este sistema, ser visible es sinónimo de haber adquirido capital social.

Aunque La sociedad del Espectáculo fue escrita en los años 60, su vigencia es innegable. La obra de Debord se enlaza con el capitalismo actual, el tejido social y la lucha por destacar. El espectáculo avanza hacia una versión 3.0, donde los influencers deberán reinventarse, aunque ellos pasen de moda, el sistema capitalista no lo hará.