A CAPELLA Por MAURICIO HERNÁNDEZ OLAIZ
“No me voy a quedar callada”.
Aún sin efectuarse los comicios, sin acudir a las urnas, el anuncio del fraude ya está presente y motivado, principalmente, desde el gobierno federal. Aunque no les guste es inobjetable decir que ningún opositor a la 4aT ha generado tanta incertidumbre como Morena. Las estrategias han sido demoledoras, desde descalificar al INE, atacar a los órganos autónomos, imponer candidatos, amenazar a los consejeros electorales…el mismo AMLO al sentir e informarse del desplome de su partido en varias alcaldías, municipios y gobiernos estatales ha advertido campañas de descrédito a los ganadores si no son de su corriente política.
Cuando se habla de que se cocina un posible fraude electoral, automáticamente nos remitimos a pensar que los artífices de la trampa serán quienes ocupan el poder, a la fuerza del gobierno en funciones que busca a toda costa mantener las riendas y las canonjías. No existe referencia conocida, por lo menos en nuestro país, de que los anuncios de fraude provengan del propio gobierno en turno, hasta que llegó López Obrador.
Como eterno candidato siempre habló de fraudes, de que le robaron la elección del 2006 y la del 2012, pero escucharlo con ese alegato desde la silla presidencial es llamativo y muy preocupante, sobre todo porque, guste o no, él tiene el poder.
Estas elecciones son vitales para el equilibrio político que merece el país. La confrontación social es evidente y no hay matices, o se es negro o blanco. O estás con López o estás contra él, mientras unos lo consideran un futuro dictador destructor de la nación otros le idolatran y hasta santifican.
Vivimos pues un ejercicio inédito de amor absoluto o desconfianza total al gobierno y a un personaje como AMLO que siempre vivió de sembrar dudas y sospechas sobre los procesos electorales hasta que él ganó. Hoy que siente la posibilidad de un equilibrio y que su fuerza sobre los otros Poderes de la Unión no sea tan sólida, crítica y anula a los órganos constituidos que avalaron su triunfo presidencial. La decadencia en sus argumentos lo ha llevado a la desesperación y violación de las propias leyes que protestó proteger y preservar.
Este ejercicio se replica al pie de la letra, cuál receta de pastel de franquicia, en todos los estados del país, especialmente en aquellos donde la oposición a Morena es gobierno.
Tlaxcala no es la excepción, por el contrario, tal vez es el estado más aplicado en replicar la denuncia presidencial. Lorena Cuéllar, desde antes de arrancar campaña, ya señalaba la injerencia del gobierno de Marco Mena en la elección. Varias denuncias ya hay presentadas ante la FEPADE y la aspirante de la coalición “Juntos haremos Historia” también ha arremetido con fuerza contra el ITE, el árbitro electoral, de quienes ha señalado sin mostrar evidencia alguna, de que están totalmente cooptados.
También son constantes los videos en sus redes sociales haciendo un llamado a los trabajadores de gobierno a denunciar amenazas e imposición del voto. Además mantiene firme su amago de llevar a tribunales la elección si esta no le favorece en las urnas. “La pasada elección me la robaron, pero esta vez no estoy sola…, y la sociedad será vigilante de las elecciones”. Tal cual lo refiere en las mañaneras el presidente.
Preocupa, sobre todo, porque si la verdadera intención del Pueblo es castigar el mal gobierno y las evidentes omisiones de López y morena como partido en el poder, pues se nos está silenciando, minimizando, desacreditando. Es inadmisible para el poder federal mesiánico que la gente le vote en contra, si eso sucede, no es por la voluntad del pueblo, es por un asqueroso fraude de esa oposición maligna. Una fórmula sencilla pero muy tenebrosa.
El pueblo sabio, ¿Cómo va a votar en contra del movimiento? Si eso lo refleja la urna es resultado de una estafa, punto. Y lo buscarán echar para atrás sea como sea. “No me voy a quedar callada”
Así pues amigo lector(a), según palabras del presidente y de su candidata al gobierno en Tlaxcala, si es su voluntad votar en contra de morena, AMLO, Lorena y el movimiento, seguramente no fue por deseo propio, seguramente su sufragio fue manipulado, robado, o bien, usted mismo fue engañado y/o hasta comprado, tal vez su necesidad fue más fuerte que el amor a su Mesías tropical, con todo y su beca.
Por lo anterior entre más participemos en las urnas, mientras más activos seamos, menos serán las posibilidades de una trampa. Triste es saber que la máxima autoridad del país genere sospecha de ilegalidades y promueva la indiferencia y el temor.
Su voto cuenta, su voluntad también, hay que defenderla con todo. Así como Lorena no se quedará callada, los electores tampoco debemos hacerlo, debemos luchar para que se respete nuestra decisión en la Urna y no invalidarla si esta no es acorde con lo que quiere o espera el presidente.
@olaizmau