ANÁLISIS EN CONTRASTE Por IRAÍS CABRERA BRIZ - Linea de Contraste

ANÁLISIS EN CONTRASTE Por IRAÍS CABRERA BRIZ

“Derecho a una educación inclusiva”

Concluimos un ciclo escolar, quedando atrás una pandemia cuyo rezago escolar, de acuerdo con el Banco Mundial, OCDE, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), es de dos años en promedio y para investigadores como Marion Lloyd, del IISUE, estima puede alcanzar 4 años, dejando a la niñez en riesgo a ser excluido e incluso abandonar sus estudios, teniendo cada niño necesidades de aprendizaje diferentes que requieren ser atendidas a través de diversas estrategias de enseñanza-aprendizaje. Toda vez que, como sociedad hemos erróneamente promovido la idea de una calificación de “10“ como señal no sólo de progreso y dominio de tareas y competencias evaluadas, sino de “inteligencia” y “éxito”, olvidando lo que hay detrás de ese “10”; una persona que sólo responde a través del condicionamiento, hábitos de estudio o disciplina que los aíslan, evitado que el menor descubra sus habilidades y disfrute su infancia, reflejo de expectativas de adultos o incluso actitudes faltas de ética (hacer trampa). Realmente son pocos los alumnos que no necesitan estar horas estudiando o que tiene formas de aprendizaje distintos a los prestablecidos, son aquellos que ayudan al compañero a la búsqueda de trabajo, conocimiento, aprendieron valores como la lealtad, empatía y resiliencia, pero, sobre todo; la vida no se mide en una escala, una calificación no los representa. La mayoría de los alumnos son educados para incorporarse como mano de obra cuyo valor de uso sea a costa de su dignidad, encontrando en figuras como la amistad, noviazgo y matrimonio una forma de establecer contraprestaciones económicas, puestos de trabajo, acceso a bienes materiales y status social.

 Por ello, a fin de evitar desigualdades y en atención al derecho humano a recibir una educación inclusiva, tiene su fundamento en los artículos 1 y 3 de nuestra Carta Magna en relación al artículo 39 de la Ley General de Educación, puesto que todo niño tiene características, intereses, capacidades y necesidades de aprendizaje particulares. Por consiguiente, cuando los alumnos tengan alguna necesidad educativa especial tienen derecho a un acceso al sistema de educación general mediante una pedagogía centrada en él, sin segregación.

Las escuelas con orientación inclusiva representan la medida más eficaz para combatir las actitudes discriminatorias, construir una sociedad inclusiva y lograr la educación para todos. Por el momento, esta labor la desempeñan los USAER en cada institución educativa pública es fundamental al ser dichas Unidades de Servicios de Apoyo a la Educación Regular (USAER) garantes, corresponsablemente con la escuela regular, la cual constituye atención no sólo para aquellos con discapacidad, sino estudiantes con necesidades de aprendizaje en situación de vulnerabilidad, como aconteció derivado de la pandemia al estar en riesgo ser excluidos, no sólo por la comunidad académica sino socialmente, hasta abandonar su formación, siendo esta la principal necesidad de una enseñanza integradora e inclusiva abandonando prácticas tradicionales, con el fin de responder a las diversas necesidades de todos los alumnos. Ya que el tipo de alumnos hoy, será el trabajador del mañana.