Crónica: Ola violeta tlaxcalteca en el 8m - Linea de Contraste

Crónica: Ola violeta tlaxcalteca en el 8m

Una vez al año las voces se juntan y la tierra tiembla ante la denuncia de la indolencia, violencia e incapacidad de justicia

Tlaxcala, Tlax; 10 de marzo de 2024 (Ángeles ZR)-.- La mañana del viernes transcurría pacíficamente, las calles de la ciudad comenzaban a ser transitadas por personas que se dirigían a sus trabajos, a la escuela, y a los comercios; las vialidades que rodean a la Plaza de la Constitución ya se encontraban cerradas por elementos de seguridad ciudadana; el Palacio de gobierno amaneció protegido por unas altas vallas metálicas que aún conservaban las consignas verdes, violetas, negras y rojas del año pasado; la sensación de déjà vu estaba en el aire.

Conforme avanzó el día los atuendos con ornamentos violetas, alusivos a la conmemoración del día, comenzaron a resaltar entre los demás, jóvenes, niñas, madres cargando bebés, y señoras se congregaban en el parque para realizar rituales con sahumerios, cantar, y bailar; también había niñas bordando, creando flores de papel, stands informativos sobre salud sexual y violencia vicaria; presentaciones de comunidades originarias de Tlaxcala, y charlas sobre autonomía sexual; las personas que caminaban por el parque miraban curiosas, se acercaban, tomaban fotos y grababan con sus teléfonos, las primeras manifestaciones del día llamaron la atención por su pacifismo, pero también por su mensaje: nosotras existimos, nos hacemos presentes, estamos unidas bajo este yugo, resistimos, y no retrocederemos: todas somos feministas.

Las altas vallas fueron llenándose poco a poco con pancartas: “Somos las voces de las que faltan”, “No es tu culpa, nunca lo fue, y nunca lo va a ser”, “Yo te creo”, y docenas similares; una chamarra pegada a la valla con el mensaje: “Llevando está chamarra él no entendió que no, es NO, sentí culpa cuando me pasó”, rodeada de ropa interior causó interés, así como dolor por el delito que exhibía.

El Museo Miguel N. Lira fue sede de un espacio seguro para colocar un tendederos de denuncias e invitaba a toda aquella que caminaba por ahí a escribir desde el anonimato; muchas lo hicieron, pues la apertura y flexibilidad de la institución les brindó confianza; otro ejemplo sobre empatía con la conmemoración fue el de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, que colocó cuatro stands de atención y denuncia por alguna violación a la integridad, así como auxilio; previo a la marcha se dio a la tarea de difundir los diversos escenarios ante los cuales se podían actuar las autoridades y los grupos vulnerables, para lo cual la Secretaria de Seguridad Ciudadana podría intervenir en cuatro etapas de intervención: primera, actitud diligente; segunda, privilegiar el diálogo asertivo; tercera, técnicas de control y evasión de contacto; y cuarta, tácticas defensivas mediante extintores, y agua.

Daban las 15:00 horas y en el asta bandera de la avenida Independencia ya se encontraban listos los contingentes de colectivos feministas para marchar hacia la Plaza de la Constitución; previo a iniciar, familias de Cecilia López Hernández, y Estefani Hernández, víctimas de feminicidio subieron a testificar sobre la violencia institucional que han sufrido en el proceso de búsqueda de justicia “En todas ustedes veo a mi hija, Cecilia López Hernández,  de 26 años de edad, quien tenía una vida por delante, pero se la arrebataron (…) no nos vamos a rendir, este día marchamos por todas las que ya no están; exigimos justicia”; también el Colectivo Medusas sufragistas “exigimos que se deje de institucionalizar el movimiento feminista (…) donde solo se pretende llenar los espacios institucionales para llenarlos con discurso y actividades en pro  de las mujeres”.

“¡Alerta!, ¡Alerta!, ¡Alerta!, ¡Alerta, alerta, alerta que camina la lucha feminista por América latina, y tiemblen, y tiemblen, y tiemblen los machistas que América latina será toda feminista!” vociferaban las manifestantes acompañadas de los tambores que retumbaban en las calles, eran las 15:30 y los contingentes comenzaron a marchar encabezados por la activista feminista Yeny Charrez, consecuentemente, el de la Prensa Libre de Tlaxcala, el de Maestras, después el de Yolomeh Xochicuicanimeh, seguidas por las Trabajadoras del sindicato 7 de mayo, detrás venían las familias de Estefani y Cecilia, seguía el de Mujeres Libres de Tlaxcala, y el colectivo We R Womens on fire; todas pregonando: “Porque vivas se las llevaron, vivas las queremos”,  “Se va a caer, se va a caer, el patriarcado se va a caer” avanzaron pacíficamente hasta quedar frente a los Portales grandes, toda vez que, las vallas no permitieron entrar completamente a la plaza.

Yeni Charrez tomó el microfono para protestar por la violencia de género, la institucional y política, además de que abrió el espacio para que la representante de cada contingente pasara a hablar por sus respectivas luchas, así lo hicieron las Trabajadoras del sindicato 7 de mayo, las familiares de Donna, victima de feminicidio, así como Pacto por las infancias, y las madres de mujeres privadas de la libertad, como Maricela Itzel; finalmente concluyeron los pronunciamientos cantando Canción sin miedo de Vivir Quintana, que se ha convertido en el himno del movimiento feminista en México.

La manifestación en la Plaza de la Constitución continuó pacíficamente, las mujeres, jóvenes y niñas pegaron en las vallas sus carteles y pancartas mientras medios de comunicación registraban cada momento, y aunque en las marchas pasadas hubo un rechazo firme, e incluso violento hacia los hombres que observaban, en esta se pudo percibir la tolerancia, e inclusión, quienes se mantenían atentos, pero al margen de las libres expresiones de protesta; así mismo los elementos de seguridad ciudadana brillaron por su ausencia, ya que al contrario de la última vez, se mantuvieron tras las vallas hasta el final de la noche.

Aunque parecía que esta jornada culminaría sin iconoclasia, es decir la protesta simbólica hacia las instituciones mediante la modificación actual de sus monumentos históricos a través de grafiti, pintura, colocación de carteles, y similares con el propósito de ejercer la libertad de expresión; el bloque negro pasó de largo por las vallas metálicas, y se encaminó al Palacio del Congreso a ejercerla; posteriormente se dirigió a las Escalinatas a llevar a cabo la misma acción, y a abrir el espacio a todas las mujeres que deseaban exhibir a sus violentadores, esto bajo un estricta regla de no documentación; una a una pasaron a denunciar a sus agresores, tíos, primos, padres, hermanos, parejas, hombres desconocidos, en la casa, o en la calle, de día o de noche, sin importar la situación exhibieron que la violencia sucede todo el tiempo a todas y cada una de las mujeres de esta sociedad; las demostraciones de sororidad, empatía, abrazos y lágrimas acompañaron a las denunciantes a quienes pregonaron: “Yo te creo”, “No estás sola”.

Durante los pronunciamientos, un grupo de mujeres comenzaron a quemar pancartas, estrellar luces y escribir consignas en las escaleras, hasta destruir el busto de Miguel Hidalgo, para finalmente romper con las filas y cada una tomar caminos distintos; la tarde caía y muchas personas salían a observar el estado del Congreso, así como medios de comunicación que se dedicaban a cerrar transmisiones en vivo cuando a lo lejos, desde la Plaza de la Constitución, se escucharon dos especies de detonaciones, dudando de lo que era, todos los presentes se trasladaron corriendo hacia allá.

Al llegar se encontraba un grupo de personas que intentaban derribar las vallas, una chica fue subida por sus compañeras, pero al estar en la cima casi cae del otro lado, a lo que un hombre la ayudó a regresar, posteriormente la mujer fue llevada a la ambulancia para su consideración médica; en este momento los ánimos comenzaron a salirse control, las y los manifestantes encendieron una hoguera con carteles, a arrojaban botellas y objetos, así como a retaban  a los elementos de seguridad tras la valla; estos extinguieron en varias ocasiones el fuego por lo que manifestantes, espectadores, elementos de la Cruz Roja, Comisión de Derechos humanos y medios de comunicación también fueron alcanzados por el polvo polivalente.

Ante los intentos fallidos por derribar las vallas, no falto el grupo de mujeres y hombres que procedió a realizar pintas en el Palacio de Justicia, el Museo de Arte de Tlaxcala y la Secretaria de Gobernación, siendo uno de los inmuebles más dañados; por su parte, los medios de comunicación continuaron documentando los hechos, pero las manifestantes comenzaron a replegarlos, a cubrir sus cámaras fotográficas, y teléfonos con pancartas, e incluso arrojando agua, en un ejercicio de comprensión, el objetivo seria que buscan cubrir su identidad para evitar represalias, sin embargo, la labor del periodista no solo es el informar objetivamente, sino documentar los hechos que se presentan que al final sirve de evidencia a los diversos actores que convergen.

Así poco a poco los grupos de mujeres se fueron dispersando a continuar la vida y su lucha desde su trinchera, porque sí, es un día donde se alza la voz y se visibiliza la incapacidad de brindar justicia, pero todos los días las mujeres padecen acoso, discriminación, violencia y muerte.

La manifestación por el Día Internacional de la mujer culminó sin la intervención de los elementos de seguridad ciudadana; no hubo contención con gas lacrimógeno, ni agua, salvo por el polvo de extintores que afectó colateralmente a los presentes en la hoguera; no podemos cerrar estas líneas sin mencionar a los “infiltrados”, aquellos (generalmente hombres), que se integran a las pintas, rompen, “vandalizan”, sin ninguna causa legitima, solo los intereses propios y porque no decirlo políticos, lo que nos deja como a cada lector que se debate entre justificar la destrucción de inmuebles en causas legitimas o bien en vandalismo, lo cierto es que, nadie quisiera tener que salir a destruir para ser visto, escuchado y hacerse valer por la perdida de una hermana, hija, madre, por autoridades indolentes e incapaces en procedimientos legales y por eso es que unas con más valor lo hacen.