SIN FILIAS Y SIN FOBIAS Por JOSÉ JACINTO VEGA - Linea de Contraste

SIN FILIAS Y SIN FOBIAS Por JOSÉ JACINTO VEGA

Margarita deshojada

El pasado viernes 31 de marzo, se apersonaron integrantes de la función pública en las oficinas del Instituto Estatal de la Mujer (IEM), para notificarle tres cosas a Doña Margarita Cisneros Tzoni, la primera, una carpeta con las observaciones sobre las irregularidades administrativas presuntamente cometidas por ella durante su gestión al frente del IEM; la segunda, exigirle su renuncia inmediata, y la tercera, notificarle del proceso de entrega recepción que tendría que hacer para que Nydia Cano Rodríguez asumiera la titularidad del Instituto.

El movimiento podría alegarse dentro de las facultades “naturales” del Ejecutivo para modificar su gabinete cada que le plazca, pero en los hechos fue un acto prepotente en contra de una persona que su único error fue aceptar trabajar para un gobierno completamente opuesto a aquello por lo que Doña Margarita ha luchado toda su vida. Todo por la ilusión de ser promovida a una candidatura a legisladora federal.

Las formas aplicadas a Margarita, similares a las que padeció Yenni Charrez, cuando fue expulsada de Centro de Justicia para mujeres, exhibe la fobia que las activistas político-sociales le provocan a Doña Lorena, a las que ha pretendido controlar, o al menos reducir en su activismo, que fue una de las indignas tareas que le exigió a Cisneros Tzoni, con la que no pudo cumplir, simplemente porque las activistas no funcionan con la lógica de las personas dedicadas a la política electoral, las primeras persiguen ideales, y las segundas solamente el poder, y los beneficios que este da.

Doña Lore también le ha encomendado la misión sobre las activistas a otras dos personas que tampoco le han podido dar el resultado que quiere, por una parte a la fútil diputada Lorena Ruiz, a la que poco caso le hacen por su falta de autoridad política y moral, y la otra, la presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Jackeline Ordoñez, que a diferencia de Margarita y Yenni, ha sido parte de la burocracia por muchos años, y aunque tampoco ha logrado cumplirle a la Gobernadora su aspiración de “Institucionalizar” a las activistas, sabe cómo “bajar la mirada, guardar silencio y decir a todo sí señora”, con la ilusión de ser premiada con la alcaldía de Chiautempan en 2024.

Los ejemplos de Cisneros y Charrez, deben bastar para que quede claro, que feminismo y lorenismo no son afines, y que es inconveniente para las demás activistas caer en la tentación de acceder a los cargos públicos presuntamente relacionados con las causas de las mujeres, al menos de aquí al 2027; otra muestra de la poca congruencia en la política pública relacionada con las mujeres, es el “bandazo” dado por Doña Lorena, que primero designó en el IEM a una mujer indígena, activista social, y ahora a una mujer “fifí”, formada en el mundo empresarial, que poco o nada tienen que ver con el feminismo de lucha frontal.

Margarita puede ser evaluada de diversas maneras por su paso por el IEM, tal vez de manera no favorable, sin embargo, no hay que perder de vista una atenuante en su caso, ella obedecía, como cualquier persona miembro de la burocracia las órdenes que de manera vertical e irrefutable le daban, varias de las cuales no eran compatibles con su historia personal, lo que le llevó a tensar la liga hasta reventarse y pagar el precio de no haber dicho que no a la invitación para dirigir el Instituto y mantenerse mejor del lado de lo que fue la lucha de su vida; difícil será el retorno de Doña Margarita al activismo, el daño a su carrera pública es severo, sin embargo, si la sororidad existe, las activistas deberán arroparle como a Yenni, y no caer en la tentación de hacer leña del árbol caído, cuya única culpa fue “creer el canto de la sirena”.