SIN FILIAS Y SIN FOBIAS Por JOSÉ JACINTO VEGA - Linea de Contraste

SIN FILIAS Y SIN FOBIAS Por JOSÉ JACINTO VEGA

El dinosaurio no murió, solo mudo de piel

 

El jueves de la semana pasada Claudia Sheinbaum Pardo encabezó un evento que, quiso ser a la vez, una despedida, un informe y un inicio de campaña; la víspera de su separación del cargo de Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, al más puro estilo del PRI hegemónico organizó un acarreo masivo de personas en unidades de transporte público rentadas para el caso, repartió los consabidos y tradicionales “lonches”, y según algunos asistentes ciento cincuenta pesos por cabeza, con la finalidad de mostrar el músculo político, y para que vean sus competidores con quien se meten.

El monumento a la Revolución sirvió de escenario, tal como lo era en los tiempos de gloria priísta, para que ella pronunciara un desangelado discurso, en el que narró una ciudad que solo existe en su cabeza, tratando de convencer a los asistentes de que marcó una diferencia al frente del gobierno de la capital del país, sin embargo, la gente empezó a abandonar el escenario mucho antes de que ella concluyera su alocución, lo que fue una clara muestra de dos hechos, primero, el nulo caso que hacían a sus palabras, y segundo, que ya sin el halo de la jefatura de gobierno la ciudadanía volverá verla simplemente como una persona sin carisma, inexpresiva, falta de la pasión, y con la frialdad de la burócrata que simplemente es.

Si bien el acto montado con recursos públicos no logró su objetivo de hacer un lanzamiento espectacular de la campaña de Doña Claudia, si exhibió que el vetusto dinosaurio priísta no ha muerto, y que su lucha “sigue y sigue”, solo que mudo de piel, ya no es tricolor sino guinda, con otros actores políticos, pero con una misma filosofía, servir a la mafia del poder, que ya no es la de antes pero si es igual a ella.

Sheinbaum en sus últimas horas como mandataria de la CDMX se ha visto asustada, nerviosa, insegura, a diferencia de Marcelo Ebrard Casaubón quien se ve relajado, sonriente, seguro de si mismo, lo que podrían ser malas noticias para Don Andrés, si es que su favorita se desploma en un juego que ella no conoce, la grilla electoral, lo que le obligaría a adulterar mucho más las “encuestas” para sostener a Doña Claudia en la punta, o para sustituirla con Don Adán y garantizar que él desde su rancho siga mandando a plenitud, cosa que difícilmente sucedería con Ebrard quien a diferencia de los otros dos, si tiene criterio y carácter para asumir plenamente el mando del país.

El final de la novela morenista no esta lejos, y su desenlace puede traer sorpresas, sin embargo, es probable que el siguiente presidente de la República sea también otro expriísta al igual que Don Andrés, y con ello, el dinosaurio vive.