SIN FILIAS Y SIN FOBIAS Por JOSÉ JACINTO VEGA
El puente Guadalupe-Reyes de la política tlaxcalteca
En la cultura burocrático-laboral mexicana, como de todos es sabido, el denominado “puente Guadalupe-Reyes” alude al período comprendido, entre el 12 de diciembre y el 6 de enero del año siguiente, en que el tradicional asueto de fin de año, que corresponde a la segunda quincena del último mes de año, se ve aumentado por el día de la virgen del Tepeyac que, aún y cuando oficialmente es laborable muchos se lo toman con el pretexto de visitar al mayor ícono de la religión católica en México.
Este año, los tlaxcaltecas estamos presenciando una escalada de sucesos políticos que acontecerán en el lapso que corresponde al dichoso “puente”, los cuales plantearemos en esta entrega, y dejaremos que el paso de los días no diga que tan asertivos estuvimos respecto a ellos.
Lunes 13, dos sucesos: el primero, la dirigencia magisterial retó al engolado Secretario de Educación Pública, y Titular de la Unidad de Servicios Educativos de Tlaxcala, Homero Meneses Hernández, y le indicó a la base magisterial que se tomaran el día en compensación porque el día de la Virgen de Guadalupe cayó domingo este año y, supuestamente, el Secretario Meneses les había autorizado, aunque, también presuntamente, se retractó de ello e indicó que debían presentarse a laborar, por la tarde el responsable de la política educativa en la entidad declaró que aunque podían hacerlo no sancionarían a los maestros que no acudieron a su centro de trabajo ese día. El saldo de esto, magisterio dos, (no se presentaron y no les sancionaron) Homero cero. En adelante el sindicato ya le tomó la medida al Doctor Meneses, y con ello la Gobernadora Cuéllar tiene a uno de sus colaboradores de primer nivel prendido con alfileres al cargo.
Lunes 13 por la tarde, la Gobernadora Lorena Cuéllar rinde su versión de informe de gobierno al más puro estilo “Lopez-obradorista”, en la plaza pública, con muchos acarreados, con mucha prensa cooptada por anticipado, y con una fuerte carga de narrativa político-electoral, que hace parecer que la campaña político-electoral del año 2021 no ha concluido; exalta lo que considera son sus logros, hace muchas promesas, lanza dardos envenenados al Congreso, y deja ver entre sus invitados a algunos de los que serán nuevos integrantes de su gabinete en unas semanas, cuando avance en su colonización de la 4T local, marginando más a los “morenistas puros” y sustituyéndoles por políticos venidos de colores partidistas a donde ella militó en su pasado.
Martes 14, en el Congreso del Estado se da el primer “round” rumbo a la votación del presupuesto de egresos del año 2022, los partidarios del “fondo moches” pretenden aprobar que la votación sea mediante cédula para que la secrecía permita a los diputados de MORENA desobedecer a la Gobernadora y votar por que se mantenga el fondo, la votación termina empatada a 12 tantos por bando, por la evasión de responsabilidad que uno de los diputados hizo al no estar presente y con ello evitar votar, y así tratar de no quedar mal con el bloque opositor y tampoco con la Gobernadora. El voto de calidad de la presidenta de la Mesa Directiva desempata y, por tanto, la votación será nominal en su momento, modalidad que le da más posibilidades a la Gobernadora de reunir el número de votos suficiente (13) para expulsar del presupuesto cualquier vestigio del inefable “fondo moches”, sin embargo, el peligro de que esto le sea desfavorable a Cuéllar es alto, ya que con solo un voto más a favor del fondo este pasará.
Jueves 16, la diputada morenista Brenda Cecilia Villantes explota contra el gobierno y su partido, por la eventual cancelación del “fondo moches”, del que ella manifiesta ser partidaria, lo cual se vuelve una bomba de tiempo para la Gobernadora, ante ello el mentecato dirigente estatal de MORENA responde con una amenaza a Villantes respecto a que si vota por el mentado fondo será expulsada, amenaza que puede terminar por animar a la diputada rebelde a cambiar de bando y con ello propinarle a Cuéllar una derrota política muy severa. Alguien debería desde los altos mandos morenistas recomendarle al “Delegado en funciones de Presidente” estatal de MORENA que antes de hablar, piense mejor lo que va a decir, ya que su insensatez podría ser la causa de que el bando Lorenista en el Congreso pierda la votación sobre el “fondo moches”.
Domingo 19, los panistas tlaxcaltecas elegirán a quien será su próxima presidenta de la dirigencia estatal, el tono en que se ha llevado la campaña enciende alarmas de peligro ante la posibilidad de fractura del Partido Acción Nacional en la entidad. El choque representa una batalla generacional, entre la incubación azul encabezada por Adriana Dávila y la advenediza Minerva Hernández, y los antiguos pupilos de Dávila encabezados por el edil de Apetatitlán, Ángelo Gutiérrez y el empresario transportista Julio Hernández Mejía, quienes pretenden ser ahora los sucesores de Adriana como mandamases azules en Tlaxcala. La consecuencia de un rompimiento en el PAN será el fortalecimiento de la Gobernadora Cuéllar, quien a la cooptación que ya hizo de los exdirigentes panistas en la entidad, el ahora Diputado José Gilberto Temoltzin Martínez, y de quien le acompañó como Secretario General Miguel Ángel Polvo Rea, que desde 2016 ha apoyado descaradamente a Cuéllar, podría sumar a quienes queden dolidos el próximo domingo.
Sábado 25 de diciembre, el plazo para recolectar firmas para la consulta sobre revocación de mandato del Presidente López Obrador llegará a su término, sin duda a nivel nacional los partidarios de la 4T lograrán el número de firmas suficientes para ello, pero será interesante observar si en Tlaxcala se cumple con la cuota correspondiente, acción que fue encomendada al cuñado de la Gobernadora, el Regidor del ayuntamiento capitalino Raymundo Vázquez Conchas, quien de fracasar en la tarea dejará mal parada a la Gobernadora Lorena Cuéllar con el Presidente López Obrador.
Estos y otros sucesos que se acumulen irán dándole color al puente político “Guadalupe-Reyes” en Tlaxcala.