SIN FILIAS Y SIN FOBIAS Por JOSÉ JACINTO VEGA - Linea de Contraste

SIN FILIAS Y SIN FOBIAS Por JOSÉ JACINTO VEGA

De cómo convertir una idea positiva en negativa en un solo paso

 

La reforma constitucional federal en materia de revocación de mandato, publicada en el Diario Oficial de la federación (DOF), de fecha 20 de diciembre de 2019, agregó la facción IX al artículo 35 constitucional, estableciendo como derecho de la ciudadanía el participar en los procesos de revocación de mandato, el cual fue reglamentado con la publicación fechada el 14 de septiembre de 2021 en el DOF, de la Ley Federal de Revocación de Mandato, que jurídicamente materializó una larga aspiración por expandir la participación democrática más allá del solo ejercicio del sufragio con fines de designación de autoridades y representantes.

La ley de revocación fue de las primeras aprobadas por la legislatura federal que inició funciones en septiembre del 2021, en la cual el partido MORENA y sus aliados tienen mayoría simple, la que es suficiente para aprobar leyes secundarias de orden constitucional, dicho en otras palabras, es una ley al gusto del partido del presidente y de él en lo particular, por lo que se suponía que con ella se habían hecho un “traje a la medida”, sin embargo, el carácter voluntarioso y poco predecible de Don Andrés, de pronto quiso cambiar el sentido de la ley ya aprobada cuando dos hechos parecieron haberle saltado, uno el interés por promover una consulta para revocarle el mandato era ínfimo, por lo que de manera “natural” no se lograría sustentarla para su realización, y segundo, tarde pero entendió que lo que él deseaba en realidad era una ratificación de su mandato, figura que no estaba contemplada, la cual le daría argumentos para eventualmente presionar al Congreso de la Unión con una reforma legal que diera vida a la posibilidad de reelección presidencial, total si en la consulta se lograba que el pueblo tácitamente lo pidiera, pues “quien sería él para negarse”.

Para infortunio de Don Andrés, la realidad puso al descubierto algunas debilidades de nuestra aun insulsa democracia, entre ellas: La mayoría de la ciudadanía tiene poco o nulo interés sobre procesos de votación que sean para algo diferente a decidir autoridades, lo cual es entendible tras décadas de manipulación, incluyendo lo que ha hecho el presidente desde que protestó al cargo. No hay suficiente formación e información cívica como para que a la mayoría de las personas les quede claro de qué se trata eso de una consulta, y pasarán muchos años antes de que eso se subsane, sobre todo si se continua mal informando al pueblo como hoy se hace. La desconfianza entre actores políticos tramposos como son la mayoría incluidos quienes hoy gobiernan es tal que la organización, desarrollo y resultados de cualquier consulta están lejos de ser aceptados por las partes involucradas. El desconocimiento de las leyes por parte de servidores públicos, lideres partidistas y legisladores es tan grande como su nulo respeto por las mismas, total cómo respetar algo que ignoras si te favorece o perjudica.

Lo sucedido en torno a la consulta del pasado 10 de abril es un claro ejemplo de cómo echar a perder una idea, que de inicio parecía positiva, pero que la mezquindad y la ambición echaron a perder al primer intento por llevarla a la práctica. La invalidez declarada por la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación sobre al consulta referida es el penoso colofón a un ejercicio que estuvo plagado de irregularidades, ya que desde su inicio se sustentó en las acciones del equipo del propio presidente López Obrador, quien literalmente se promovió la consulta (ver para creer), después fustigó hasta el cansancio al órgano electoral con la intensión de someterlo a su capricho, posteriormente al más puro estilo del personaje de “Varguitas” en la película “La Ley de Herodes” modificó a medio proceso las leyes que le estorbaban, para finalmente mandar a todos sus funcionarios de gabinete a promover la consulta violentando la ley que les prohíbe hacerlo, y en ello el dispendio de recursos fue más que evidente. Estos lamentables sucesos harán que el futuro de la revocación de mandato sea letra muerta.