SIN FILIAS Y SIN FOBIAS Por JOSÉ JACINTO VEGA - Linea de Contraste

SIN FILIAS Y SIN FOBIAS Por JOSÉ JACINTO VEGA

Una Alerta que no alerta

Un año se ha cumplido desde que el Gobierno Federal, a través de la Secretaría de Gobernación, declaró, en respuesta a una tercera petición, el instrumento que pretende combatir y erradicar la violencia de género contra las mujeres en la entidad. Los gobiernos de Mariano González Zarur y Marco Mena, se negaron en su momento a que se declarara, bajo el pueril argumento de que se dañaba la imagen del Estado, o más bien, la imagen de sus respectivos, y poco prestigiados gobiernos; sin embargo, en los últimos días de la administración Menista se hizo la declaratoria, bajo el patrocinio de quien en esos momentos se encontraba próxima a asumir el Ejecutivo estatal, y con la ya total sumisión de Marco. A un año de distancia, la Alerta aparece más como una acción mediática, que de real interés sobre el tema.

A Lorena Cuéllar Cisneros, poco se le reconoce como feminista, más bien es una mujer extremadamente conservadora, pero sabedora, de que el tema de la violencia contra las mujeres en estos tiempos es insoslayable y, por tanto, lucra políticamente con él, sin comprometerse más allá de lo discursivo.

El aniversario de la declaratoria de una Alerta que no ha pasado de documental, se vio fuertemente machado por los sucesos relacionados con el despido de la titular del Centro de Justicia para las Mujeres de Tlaxcala (CJMT), el cual estuvo rodeado de muchos actos que dejan mal posicionado el gobierno de Doña Lorena, independientemente de las torpes declaraciones del Secretario de Gobierno, personaje que carga en su trayectoria, con muchas dudas sobre su conducta respecto a sus compañeras de trabajo. El drama del CJMT, también puso en evidencia el papel que la procuradora de justicia ha jugado en su paso por el cargo. Sobre ella había expectativas de que haría algo diferente, sin embargo, ha sido una completa decepción.

Doña Lorena ha guardado un poco conveniente silencio en el tema del CJMT, lo que ha ahondado la brecha entre ella y las feministas, quienes siempre han visto con recelo la asimetría entre su discurso y sus acciones. Las instancias oficiales a quienes la Gobernadora ha encargado tratar de meter al redil a las feministas le han dado pocos resultados, ya que su intención no es establecer una relación de respeto y cumplimiento a sus demandas, sino de tratar de controlarlas e institucionalizarlas, cosa que jamás va a lograr, así envíe a la diputada Ruiz, Margarita Cisneros o Jacqueline Ordóñez.

En su intento, la diputada Ruiz solo sirvió de correo para convocar a una reunión que literalmente no produjo nada, ya que esta carece de liderazgo entre las feministas. Margarita, por muchos años una buena activista, pero una poco competente funcionaria pública, ha comprobado, que no es lo mismo marchar y protestar, que atender a quienes lo hacen, por lo que en su momento lamentará haber aceptado ser “burócrata”. Jacqueline, ha sido una “discreta” titular de la Comisión Estatal de Derechos humanos (CEDH); se ha plegado al servicio del Poder, y no ha podido encauzar la “olla de grillas y grillos” que tiene en la CEDH. La suma de todo lo acontecido en un año de la Alerta, que también es casi un año del gobierno de Doña Lorena, es que hoy el Ejecutivo está más distante que nunca de las feministas, carece de interlocutoras para con ellas, así como de una real intención para hacer de la Alerta, algo más allá de un recurso discursivo para el lucimiento mediático. Y por ello tenemos, una Alerta que no alerta.