“No quiero ser una cifra más de feminicidio”, clama Jaqueline
Víctima de violencia verbal, sicológica y física por parte de su esposo, recurre al Juzgado de los Familiar en busca de protección y la custodia de sus dos hijas.
Tlaxcala, Tlax, a 28 de abril de 2020 (Gerardo Santillán).- Luego de soportar un año de violencia verbal, sicológica y física por parte de su esposo, Jaqueline “N” de 28 años de edad, decidió salirse de su casa conyugal el pasado domingo y acudir hoy al Juzgado Tercero de lo Familiar del Poder Judicial del Estado, para solicitar medidas cautelares para que el hombre no se le acerque y logre la custodia de sus dos hijas de 8 y 6 años de edad.
En su testimonio, contó que en abril del 2019 inició la violencia verbal, al tiempo que su marido de 30 años, prácticamente ya no hacía vida familiar porque llegaba del trabajo y se volvía a salir de su casa ubicada en El Tetel, municipio de Yauhquemehcan; sin embargo, sí la amedrentaba a ella y a las niñas les infundía temor.
Fue en noviembre cuando llegaron los golpes que incluso la enviaron al hospital, donde no se cumplió el protocolo de llamar al Ministerio Público por recibir a una mujer golpeada; por el contrario, todo quedó asentado en que se cayó de las escaleras.
De momento, se encuentra refugiada en casa de una amiga junto con sus hijas, en tanto es apoyada por un colectivo de abogadas activistas que procesarán todo el asunto legal, debido a que la víctima no cuenta con recursos económicos para hacer frente al tema burocrático. No obstante, dijo que sí cuenta con el respaldo de su familia.
“Me salí de mi casa porque mi marido me pegó por tercera vez, pero yo ya no quiero que me moleste, no quiere que se nos acerque porque temo por la seguridad de mis hijas y mi propia integridad física, por eso pido el apoyo de las autoridades de impartición de justicia para que me puedan proteger pues no quiero ser una cifra más de feminicidio, él es muy violento”, expresó Jaqueline a este medio.
Su temor es que el esposo cumpla con su amenaza de quitarle a las niñas por las vías legales o a la fuerza, lo que afectaría su desarrollo porque además de que están asustadas, sí están inscritas en preescolar y primaria, por lo que correrían el riesgo de perder el ciclo escolar.