SOCIOLOGIZANDO Por CLAUDIO CIRIO ROMERO
Morena 2022, desfiladero a la vista
Ayer desde Twitter, Mario Delgado que funge como presidente del Comité Ejecutivo Nacional de #morena, partido en el gobierno federal y local en varios estados como nuestra #Tlaxcala, convocó “al pueblo” a la “Alianza popular para continuar la transformación de México”.
Auto elogiándose, en lugar de partir de la autocrítica, aseveran los abajo firmantes, que de entrada los ubico con #RobertMichells, más bien como la #Oligarquía de ese partido; que “en morena estamos haciendo historia.” Y que son únicos en el mundo porque “a solo cuatro años de haber obtenido nuestro registro como partido, ganamos la Presidencia de la república y la mayoría en el Congreso de la Unión. En 2021 tuvimos nuevamente un triunfo histórico y nos consolidamos como la primera fuerza político-electoral del país.”
Y así, luego de cuatro sosos párrafos, enumeran cinco acciones a futuro de las que me parece importante partir de la cuarta de ellas. La transcribo: “4.- Fortalecer nuestra vida interna e institucional. Con un padrón renovado, transparente, confiable, legalmente validado y del que nadie se sienta excluido, entre los meses de agosto y octubre de 2022 deberán realizarse las asambleas estatutarias para la elección de congresistas distritales y comités estatales. En noviembre de ese mismo año, celebraremos el Congreso Nacional para renovar al Consejo Nacional, al Consejo Consultivo y a las secretarías del Comité Ejecutivo Nacional; previo a ese proceso, impulsaremos el debate interno a fin de actualizar en el Congreso nuestro estatuto y nuestros otros documentos básicos.”
Palabras más palabras menos, la élite de morena, su oligarquía, insistimos con Michels, ha decidido, al más puro estilo del perredismo en declive de los primeros años del presente siglo, que decía que “acuerdo mataba estatuto”, que sus actuales dirigentes se mantendrán al frente de ese partido poco más de un año.
Postula el sociólogo alemán en su clásico libro, Los partidos políticos (Amorrortu editores, 2008), lo que llamó la #LeyDeHierroDeLaOligarquía. Diserta que, en todas las organizaciones, incluso las más democráticas, siempre existe un grupo pequeño, una élite, una oligarquía que es la que impone sus posturas a las masas. Empiezan con su crecimiento, dice, a burocratizarse, y llegan al grado de plantearse el dilema dicotómico de eficiencia o democracia interna, perdiendo siempre ésta a partir de un liderazgo fuerte; de tipo carismático, diríamos nosotros con #MaxWeber.
Estamos entonces, los simpatizantes y los afiliados frente a la oligarquía morenista, integrada por los dirigentes nacionales, gobernadores en funciones y electos de dieciocho entidades federativas, el coordinador de los diputados federales y senadores de ese partido.
Han considerado, repitiendo como loros, que “Con el pueblo todo, sin el pueblo nada” y poniéndose heroicos nos proponen “unirnos y comprometernos” a trabajar por “un triunfo contundente en la consulta para la ratificación de mandato a celebrarse en marzo del 2022.” Qué triste que ni siquiera sean pulcros y llamen a las cosas por su nombre, ya que lo que tendremos en realidad en esa fecha es un ejercicio de #RevocaciónDeMandato. Y además los ciudadanos de a pie no necesitamos que nos tutele morena para seguir apoyando a AMLO.
Por lo que abrirán “a partir de este mes de septiembre y hasta mediados de 2022” las puertas de morena para que todos los arribistas y oportunistas que ya están en las burocracias de los gobiernos locales y municipales inunden al partido con su “afiliación, reafiliación y credencialización”. Sueñan con sus pervertidos comités de “Defensa de la Cuarta Transformación (Comités de protagonistas del Cambio Verdadero)” y con una “Formación para lograr la revolución de conciencias”. Claro, protagonizada por sus rockstars chilangos de la formación política, encabezados por Rafael Barajas “El Fisgón”. Quienes se saben el discurso, pero están muy alejados de su práctica: “Solo así lograremos hacer de la política un imperativo ético, moralizar la vida pública y convertir la honestidad en una nueva forma de vida y de gobierno.”
Veremos como responden las bases rebeldes de siempre.
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