SIN FILIAS Y SIN FOBIAS Por JOSÉ JACINTO VEGA - Linea de Contraste

SIN FILIAS Y SIN FOBIAS Por JOSÉ JACINTO VEGA

Dos piedritas en los zapatos de la gobernadora

Sin lugar a duda, a Lorena Cuéllar Cisneros le habría gustado que las titularidades de las presidencias municipales de Tlaxcala y Apizaco recayeran en otras personas que no son los actuales alcaldes de las dos ciudades más importantes del estado, pero, el infortunio sumado a las deudas políticas, le hicieron que, en el caso de la capital la candidatura fuera para alguien políticamente ajeno a ella, y en el caso de la ciudad rielera una mala decisión dio al traste una elección que MORENA pudo arrasar sin mayor esfuerzo.

Vamos con la capital. Víctor Ricardo Amaro Ramírez, que en paz descanse, fue un amigo muy cercano a la hoy gobernadora, ella siempre quiso verle como presidente municipal de la capital, y sin duda alguna así hubiera sido, ya sea en el presente trienio o en el siguiente, lamentablemente, Ricardo perdió la batalla contra el COVID en noviembre del año pasado, y con su deceso Lorena se quedó sin su principal carta para la candidatura al ayuntamiento de Tlaxcala. Durante semanas hubo incertidumbre en las filas de MORENA, ya que, con alrededor de 35 aspirantes a la alcaldía capitalina, la mayoría de paja, no se sabía por dónde vendría la decisión (nadie dentro o fuera de dicho partido se cree eso de que sus procesos internos son democráticos), hasta que la cargada empezó a dirigirse hacia Jorge Alfredo Corichi Fragoso, obligando a varios aspirantes a “tomarse la foto” con él como muestra de la declinación en su favor.

Jorge Corichi había suspirado por más de dos décadas con ser presidente municipal de Tlaxcala, aún desde antes que en 2001 perdiera la elección para dicho cargo frente a Héctor Israel Ortiz Ortiz. La personalidad inquieta de Corichi contrasta con la medianía de su carrera política, ya que los cuarenta años que detalla su curriculum jamás ocupó algún cargo más allá de mediano nivel. El poco éxito político logrado por Jorge en el ámbito local lo alejó de Tlaxcala, para buscar cobijo político con la ayuda del exgobernador Sánchez Anaya, con el ahora senador morenista Ricardo Monreal Ávila, quien fue apoyo importante para Lorena Cuéllar en sus aspiraciones a la candidatura de MORENA.

Ante la falta de una propuesta sólida para la capital, Lorena sucumbió a la recomendación que Monreal le hizo para que Corichi fuera el ungido como candidato, lo que quizá no fue de su completo agrado, según lo manifestado por ella en un acto, donde estando presente Corichi, al referirse a la candidatura de la capital, palabras más, palabras menos dijo que, ahí hubiera estado Ricardo Amaro, lo que fue un evidente desplante a Jorge Corichi que impávido aguantó el trago amargo.

La historia posterior es conocida, Corichi ganó la elección montado en el impulso de la influencia de las imágenes de López Obrador y Lorena Cuéllar, pero ese no ha sido el final de la historia. Instalado el nuevo ayuntamiento capitalino inició la disputa por el poder al seno del cabildo municipal entre dos bandos perfectamente definidos, por una parte, el presidente municipal intentando ejercer su legítimo derecho como máxima autoridad, y por otro, su primer regidor Raymundo Vázquez Conchas, que aspira a suceder a Corichi dentro de tres años quien parece fincar su aspiración en debilitar al actual alcalde y en su parentesco político con la gobernadora.

La segunda piedrita está en Apizaco, allá la hoy gobernadora tomó una mala decisión en la definición de la candidatura de MORENA a la ciudad rielera, teniendo una intención del voto de alrededor del 60% para dicho partido a la presidencia municipal optó por el peor de los candidatos, un empresario del ramo de la construcción, de nombre Rafael Álvarez, no oriundo, ni con suficiente arraigo en la ciudad, lo que generó como primer efecto la desbandada de los “morenos apizaquenzes”, quienes se dividieron en seis candidaturas por igual número de partidos, lo que trajo el segundo efecto, que el PAN les ganara a todos ellos con apenas el 20% del total de la votación emitida, mientras que la suma de los seis candidatos que estuvieron previamente vinculados a la entonces candidata Lorena Cuéllar alcanzaron el 60%, lo que simplemente puede calificarse como un desastre para el partido MORENA, al regalar una presidencia municipal que prácticamente tenía ganada. Esta es la segunda piedrita que incomodará a la gobernadora de aquí a la siguiente elección de ayuntamientos.

La gobernadora Cuéllar tendrá dos años para tratar de recomponer la situación al interior de sus seguidores en los municipios referidos. Por una parte, en la capital primero tendrá que apaciguar a Vázquez Conchas y hacerle entender que sus posibilidades no debe fincarlas en golpear a Corichi. En tanto que en Apizaco deberá cicatrizar las heridas que dejó la penosa derrota que sufrieron y atraer de nuevo a los seguidores de ella que se enfadaron con la imposición de Álvarez, tareas que requieren de hilar fino y con paciencia, a las que se suma otro factor que hará aún más complicada la situación para la gobernadora en ambos municipios. En 2021, el partido MORENA y la mayoría de sus partidos afines postularon hombres tanto en Tlaxcala como en Apizaco, para 2024 si se respeta la paridad de género que deben observar los partidos al menos en Apizaco deberán postular a una mujer, y en Tlaxcala solo que decidan refrendar a Corichi nuevamente como candidato evitarán tener que alternar el género en la postulación, lo que dejará a Vázquez Conchas mirando desde la barrera la elección al ayuntamiento de la capital.

La situación se complicará en ambas ciudades, ya que los cuadros femeninos vinculados a MORENA y sus aliados no son lo suficientemente consistentes aún para una candidatura de esa magnitud, por lo que tendrán que formarlos en poco tiempo o, invitar a candidatas externas que les procuren postulaciones más pertinentes. Dos piedritas en los zapatos de la gobernadora.