SIN FILIAS Y SIN FOBIAS Por JOSÉ JACINTO VEGA
La necedad de Doña Lore
El viernes pasado se celebraron dos asambleas electivas con el mismo fin, que la mayoría de la base trabajadora del sindicato de burócratas estatales “7 de mayo” eligiera a su dirigente; y nuevamente la mano del Ejecutivo estatal se hizo presente tratando de imponer a quien le parece más a modo para sus intereses.
Los datos consignados en diversos medios de información dan clara cuenta de que la planilla no afín al gobierno tiene una amplia mayoría, por lo que no debe haber razón para que el Tribunal de Conciliación y Arbitraje le otorgue la toma de nota a Enrique Escobar Cortez y deseche la que solicite Karina Erazo Rodríguez, a menos de que Doña Lore insista en su necedad y obligue nuevamente al Tribunal a ensuciar el proceso derivado de la voluntad de la mayoría de la base trabajadora del 7 de mayo.
Se podrán argumentar muchas cosas negativas contra el grupo sindical al que pertenece Escobar Cortéz, que es controlado por el inefable ex dirigente Edgar Tlapale Ramírez, pero simplemente cuentan con el respaldo de la mayoría de agremiados. En cuanto al grupo detrás de Erazo Rodríguez, también pueden acusarse cosas iguales o peores que contra Tlapale, ya que son producto de la misma vertiente política que a finales de los años noventa del siglo pasado se hizo del control del sindicato burócrata estatal, desplazando a la anterior mafia sindical que lo dominaba.
El sindicato burócrata local ha tenido una larga historia de abusos, excesos y manipulación político-electoral, un puñado de familias se han favorecido ofensivamente de él, y muchas más las han padecido; de igual manera, todos los gobernadores que han desfilado desde mitad de los años cincuenta del siglo pasado a la fecha han intentado controlar, manipular, o al menos pactar con las dirigencias sindicales en turno, desde la firma de contratos hasta el uso electoral de la base trabajadora, y la actual administración no es la excepción ni tampoco diferente en sus intenciones sobre el 7 de mayo.
Dos errores capitales ha cometido Doña Lore, el primero, querer llevar a la dirigencia sindical a alguien perteneciente a una familia que ya ha sido repudiada por la base trabajadora, y segundo, ignorar la evidente mayoría del grupo contrario al clan Erazo-Rodríguez, en vez de pactar con estos y llevar la fiesta en paz durante su gobierno, cosa que no le sería muy difícil estando en ese bando Tlapale Ramírez, quien tiene una enorme debilidad que le hace fácilmente predecible y negociable, su voracidad económica.
Si la madurez política prevalece en unos días el Tribunal de Conciliación y arbitraje deberá otorgar la toma de nota a Escobar, pero si actúa en contrario, lo procedente sería la inmediata destitución de su titular.