SIN FILIAS Y SIN FOBIAS Por JOSÉ JACINTO VEGA
Rápido pasó un mes
El periodo de gobierno para el que fue electa Lorena Cuéllar Cisneros ha cumplido su primer mes, su administración, aún acusa las prisas y desconocimientos de la novatez de la mayoría de su equipo. Han sido semanas de mucho hablar exponiendo los “que” van a hacer, pero sin aún aterrizar los “cómo” lo harán. Se entiende como parte de sus ansias por verse diferentes a sus antecesores, lo cual, si es que así es, no lograrán hacerlo notar en pocas semanas, para ello requerirán de algunos meses y quizá hasta dos o tres años para que la sociedad tlaxcalteca pueda con fundamento tener una opinión sobre las coincidencias con sus predecesores, y sobre las diferencias, sean estas positivas o negativas, ya que no todo cambio es para progresar. Hacer un recuento de ese primer mes, y de los días previos a la toma de posesión, más allá de las declaraciones, obliga a observar no sólo lo dicho, sino lo que no se dijo en algunas situaciones que en seguida damos cuenta.
Miércoles 18 de agosto. Fue emitida la declaratoria de Alerta de Violencia de Género (AVGM) para el estado de Tlaxcala, la cual fue parte de una serie de actos similares realizados en varios Estados, bajo el impulso de la entonces Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, quien al parecer quiso dejar como legado las declaratorias. La prisa por firmarlas le llevó a tener que hacerlo con algunos gobernadores salientes, como en el caso de Tlaxcala, en vez de esperar dos semanas para realizarlo con las autoridades entrantes, a las cuales teóricamente les tocará implementar las acciones para que la AVGM vaya más de la nota mediática. Esta será una de las tareas más trascendentales que Lorena deberá ejecutar si quiere significarse como la gobernadora que erradicó uno de los males más graves que padece la entidad.
Sin embargo, paro ello requiere, como señala el artículo 23 de Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia el procedimiento de Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres de: “Establecer un grupo interinstitucional y multidisciplinario con perspectiva de género que dé el seguimiento respectivo; así como implementar las acciones preventivas, de seguridad y justicia, para enfrentar y abatir la violencia feminicida; elaborar reportes especiales sobre la zona y el comportamiento de los indicadores de la violencia contra las mujeres; asignar los recursos presupuestales necesarios para hacer frente a la contingencia de alerta de violencia de género contra las mujeres, y hacer de conocimiento público el motivo de la alerta de violencia de género en contra de las mujeres, y la zona territorial que abarcan las medidas a implementar”, acciones nada sencillas, que requieren de diversos recursos financieros, técnicos y humanos, lo que pondrá a prueba, qué tan real o no, es la voluntad de la gobernadora para llevar hasta sus últimas consecuencias la lucha contra la violencia contra las mujeres, en un estado con un muy lamentable historial sobre ello.
Jueves 26 de agosto. El Congreso del estado cumplió cabalmente la indicación del gobernador Mena sobre reformar con urgencia la Ley del Notariado para el Estado de Tlaxcala, para facilitar que él pueda sin mayor trámite expedir la patente de notario titular cuando se haya declarado la ausencia, separación voluntaria o falta definitiva por fallecimiento o interdicción del profesional, lo que allanó el camino para que Mena nombrara a su Secretario de Gobierno como uno de los dos beneficiarios, sin que este cumpliera con los requisitos puntuales que para ello marca dicha Ley. Cuando muchos esperaban alguna reacción de la gobernadora próxima a asumir el cargo, se hizo público que el otro beneficiario de la notaría restante coincidentemente era el yerno de la futura mandataria estatal, a lo que siguió una muy poco creíble declaración del Secretario de Gobierno de la administración entrante, quien trató de exculpar al gobierno de Cuéllar de esa segunda designación, la cual atribuyó al gobierno de Mena, queriendo hacer el hecho como una “feliz coincidencia”. El hecho pondrá bajo lupa futuras designaciones que haga Lorena respecto a cargos y puestos que exigen la satisfacción previa de requisitos legales.
Sábado 28 de agosto. De manera sigilosa se sustituyó al Procurador General de Justicia, nombrándose como encargada del despacho, a quién días más tarde sería nombrada como titular de la dependencia en un proceso por demás cantado, exhibiendo, por una parte, la aceptación del entonces aún gobernador a la voluntad de su sucesora, por otra la poca observancia de esta a las formas y procedimientos políticos, así como la obediencia plena del legislativo hacia ella, cuyos integrantes se prestaron a ser parte de una “evaluación” que resultaba innecesaria, ya que todo mundo sabía por anticipado el desenlace.
13 de septiembre. La Secretaria de Turismo del Gobierno del Estado anuncia la celebración de la feria anual de Tlaxcala, de inmediato una avalancha de críticas relacionadas con riesgos de salud puso en jaque a su jefa. Diez días después, la gobernadora tiene que salir a declarar la cancelación definitiva de dicha feria. El hecho mostró la falta de coordinación y comunicación en las áreas del gobierno local, ya que antes de haber anunciado la celebración de la feria, debió valorarse el impacto que esto tendría entre una sociedad que aún vive temerosa de la pandemia del COVID-19.
1 de septiembre en adelante. Inicia un proceso de despido de personal sin planificación, en el que se han cometido algunos atropellos que implican desde violaciones a derechos humanos y laborales, hasta dilapidación de capital humano en el que el Estado ha invertido muchos recursos para su formación. Si bien ningún patrón está obligado a sostener a un trabajador en su puesto, si lo está a liquidarlo conforme a lo que las leyes laborales señalan, y a hacerlo con respeto a su dignidad. Dentro del personal que ha laborado por años en el servicio público por años, no todos son ineficientes, ni corruptos como erróneamente parece pensar la gobernadora, muchos de ellos son trabajadores honorables cuya formación le ha costado al pueblo de Tlaxcala mucho dinero, por lo que despedir a los que son aptos es semejante a tirar por la borda millones de pesos en capital humano. Los nuevos servidores públicos en su mayoría carecen de experiencia y pasaran meses y hasta años antes de que tengan un nivel de competencia similar a quienes sustituyeron, ojalá que este nuevo gobierno recapacite tanto en pagar las liquidaciones correspondientes a quienes ha despedido sin mayor justificación, como en valorar a los trabajadores que estaban antes de despedirlos sin darles oportunidad de demostrar su valía para la sociedad tlaxcalteca. Rápido pasó un mes y aún hay poca organización en el nuevo gobierno.