SIN FILIAS Y SIN FOBIAS Por JOSÉ JACINTO VEGA
¿Y si no fuera Claudia?
Desde hace varias semanas la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, anda alegremente haciendo una mal disfrazada y muy anticipada campaña proselitista en busca de suceder al presidente López Obrador, quien literalmente le ha incitado a mandar al diablo a las instituciones y leyes que debiera observar para no incurrir en actos anticipados de campaña, que podrían ser tipificados y sancionados, a grado tal, que le inhabiliten para participar en el proceso electoral de 2024.
El slogan “Es Claudia” literalmente se haya en bardas y lonas de todas las localidades del país, auspiciado por la mayoría de los gobiernos locales “morenistas”, quienes sin recato alguno se han sumado a la cargada de la aparente “corcholata” favorita de Don Andrés, yéndose de boca irreflexivamente, ilusionados con obtener parte del botín sexenal 2024-2030.
Pero ¿y si la corcholata bendecida por Don Andrés no fuera Claudia?, Y si solo esté utilizándola para atraer los ataques de sus opositores, quienes llegado el momento la acusaran de todo, y con ello proteger a su verdadero proyecto sucesorio, el cual surgiría de las cenizas que quedasen de Sheinbaum una vez que procedieran contra ella las sanciones que parece estar buscando con su poco sensata campaña.
Sí, ¿qué pasaría? Sin duda, Doña Claudia sería “canonizada” como la gran mártir del 2024, aquella a quien la vieja mafia del poder, impidió ser la primera presidenta, y a quien su progenitor político, el patriarca de la nueva mafia del poder colmaría de loas en sus diatribas mañaneras hasta el último día de su gobierno, pidiendo a la “corcholata” sucesora, léase Adán Augusto, que no olvide el sacrificio de Claudia y la considere en su proyecto. Si esto sucediera, Sheinbaum por fin conocería la naturaleza utilitarista y poco empática con las mujeres de su venerado líder, quien le habría incitado al auto flagelo político para encubrir el ascenso del segundo tabasqueño a la presidencia.
Pero, ¿y qué pasaría con aquellos mandatarios locales que se fueron a la cargada con Sheinbaum?, lo más probable es que también fuesen sancionados por promover actos anticipados de campaña, lo que les obligaría a inclinarse de inmediato ante Adán Augusto, pidiendo su protección para que las sanciones que se les apliquen por parte de los órganos electorales no afecten su continuidad en sus cotos de poder, lo que daría a López Hernández peones de sacrificio con que negociar frente al INE y TEPJF.
Muchos se asustarían o descalificarían las hipótesis hoy planteadas, asegurando que Don Andrés ya designó a sucesora al más puro estilo del viejo PRI, y que en ello no hay marcha atrás. Pero, ¿y si no fuera Claudia?