SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ - Linea de Contraste

SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ

El PRI, dirigencia de transición

Este domingo fue ungido Noé Rodríguez Roldán como nuevo líder del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Tlaxcala. Su llegada se esperaba desde el año pasado, después de su destape para suceder en esa responsabilidad a Roberto Lima Morales, quien deja tras de sí los peores resultados en la historia del tricolor en la entidad, incluso por sobre aquellos en los que perdió la gubernatura, en 1998 y 2004.

Qué papel jugará Rodríguez Roldán en el PRI, eso se verá en los próximos meses. Lo primero, eso sí, es que tendrá que recomponer a un priismo alicaído y dividido tras la derrota en los comicios de 2018. No será fácil, pues quien es señalado como el primer priista del estado, y quien debería dar el ejemplo con llamados a la unidad, ha hecho poco para unir a los grupos preponderantes, principalmente el que aún se encuentra en torno al marianismo, con el que mantiene un distanciamiento político.

Algo importante que el nuevo líder tricolor no debe dejar pasar, es el aspecto mediático con posturas nítidas que impliquen una clara oposición al partido que hoy tiene el poder a nivel federal y que representa la mayoría en el Congreso local.

A la par de esas dos actividades, Rodríguez Roldán deberá trabajar las candidaturas que serán impulsadas en el proceso electoral de 2021, incluyendo la suya propia si desea seguir permanente en el ánimo político local, como seguramente es su deseo. No será fácil jugar ese papel, pues si su protagonismo por estar en las boletas electorales se desborda, es seguro que la unidad ansiada no llegará y será factor de desventaja en los resultados finales que ese partido obtenga en las urnas.

En todo esto, sin embargo, si bien el gobernador Marco Mena ha mantenido una sana distancia con su partido, el PRI, al que se ha acercado más por necesidad y obligación, Rodríguez Roldán no podrá manejarse solo al frente de la dirigencia. Es decir, las decisiones torales, como la definición de candidaturas, tendrán que ser consultadas obligadamente, situación que disminuye su margen de acción.

En esa tesitura, la figura de Mildred Vergara Zavala jugará un papel relevante como secretaria general del partido. Más aún porque representa una concesión directa a la presidenta municipal de Tlaxcala, Anabell Ávalos Zempoalteca, dentro de la estructura partidista para ir trabajando la candidatura al gobierno del estado. Ya existen voces que adelantan que fue ubicada ahí para preparar, de alguna manera, el ungimiento de la alcaldesa capitalina como candidata a la gubernatura.

Lo cierto es que, por tradición, quien ocupa la Secretaría General priista juega un papel mediático secundario dentro del PRI, y no toma relevancia sino hasta que, quien la ocupa, llega a la presidencia del partido, en ausencia de la salida del presidente.

Tarde o temprano, por lo que ahora se observa, Vergara Zavala ocupará esa posición porque las aspiraciones de Rodríguez Roldán no son las de quedarse como líder tricolor hasta la conclusión del proceso electoral que se avecina, sino ocupar un cargo de representación popular federal o local.

Y ese cargo, muy seguramente, debe ser en el Congreso del estado como futuro coordinador parlamentario del PRI, donde tendría un amplio juego de negociación política con quien ocupe la gubernatura.

En esa hipótesis, es claro que la conformación de la actual dirigencia priista será de transición. Habrá cambios conforme se concreten la renovación de las estructuras municipales y se definan las candidaturas que estarán en disputa el próximo año. Sin embargo, hay que decirlo, ambas labores implican un arduo trabajo con la militancia, que, a decir verdad, nunca tuvo la dirigencia de Roberto Lima Morales.