SIN LINEA Por HORACIO GONZÁLEZ - Linea de Contraste

SIN LINEA Por HORACIO GONZÁLEZ

Marco Mena, tiempo de definiciones

Retomando la dialéctica presidencial de “o se está por la transformación o se está en contra de la transformación del país”, el gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez también debería exigir definiciones y tomar las suyas.

Con el anuncio realizado por el líder nacional del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Alfonso Ramírez Cuéllar, de una alianza electoral en las elecciones de 2021 con los partidos del Trabajo (PT) y Verde Ecologista de México (PVEM), pareciera que las huestes tucanistas ya no caben más en el gabinete estatal.

Más allá de la alianza local que el Revolucionario Institucional (PRI) concretó en 2016 para ganar la gubernatura, que Mena Rodríguez sostenga en el gabinete a quienes se identifican con la militancia del PVEM, sería trabajar con el enemigo. Y Tener al enemigo dentro sería todo un despropósito.

La alianza política que se fraguó para aquellas elecciones locales ha sido pagada con creces por Marco Antonio Mena. Ahora, de cara a los comicios del próximo año, aceptar dentro del gabinete a un enemigo declarado, como lo es ahora el PVEM, sería colocar trabas en contra de su propio gobierno.

Uno supone que el proyecto de gobierno de Mena Rodríguez no es el mismo que el de López Obrador. Ambos son completamente diferentes y, en ese sentido, el mandatario estatal tendría que actuar con congruencia.

La selección de quienes integran el gabinete estatal representa, por decirlo de alguna manera, un pago de facturas realizadas en la pasada campaña. Lo que viene, otro proceso electoral, representa algo totalmente diferente y el gobierno menista tendría que tejer fino para alcanzar una alianza amplia que le dé a uno de los suyos la posibilidad de triunfo en 2021.

Tejer esa alianza sería más fácil si se trabajara con piezas incrustadas en el gabinete. Es decir, dando a posibles fuerzas políticas aliadas posiciones estratégicas en el gabinete. Y siendo que el PVEM ya se definió de cara a los comicios del año próximo, lo natural es que Marco Antonio Mena también defina posiciones con aquellos futuros aliados y con quienes ya no lo son.

Aunque el PVEM siempre lo ha negado, su papel como aliado electoral siempre ha sido equivalente al de una dama de compañía. Ya lo fue de Acción Nacional (PAN) en el año 2000, del tricolor en 2012 y de Morena lo será en 2021. Ha sido una veleta que va por donde mejor le acomodan los vientos políticos y ha navegado, hasta ahora, con verdadero éxito.

Su papel, en el caso de Tlaxcala, ya concluyó con el anuncio realizado por la dirigencia nacional de Morena, el cual, a su vez, muestra una cara de incongruencia después de que el mismo López Obrador, en tiempos pasados, defenestró en varias ocasiones al PVEM. Sin embargo, como ahora necesita de nuevos aliados ante la posibilidad manifiesta de perder la cómoda mayoría que hoy tiene en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, abre la puerta a un partido que, es muy probable, más adelante le dé la espalda al no recibir ningún beneficio electoral como el que supone recibirá en 2021.