SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ

Marco Mena, limpiar la casa
Aunque parece que dentro del Partido Revolucionario Institucional (PRI) la decisión resultará a favor de la alcaldesa capitalina Anabell Ávalos Zempoalteca, los otros dos aspirantes a la gubernatura, Noé Rodríguez Roldán y Florentino Domínguez Ordoñez, siguen firmes en sus aspiraciones. En esa circunstancia es que siguen realizando su respectivo trabajo político.
Los dos tienen excelentes estructuras que han utilizado a su favor. En el caso de Noé Rodríguez, la partidista, mientras que en el caso de Florentino Domínguez es la educativa.
Mucho podría cuestionarse en ambos casos, pues sus responsabilidades al frente del PRI y de la Secretaría de Educación Pública del Estado (SEPE) han sido aprovechadas para beneficio político propio. Y eso tiene consecuencias.
Por ejemplo, Domínguez Ordoñez enfrenta inconformidades y acusaciones de corrupción en el otorgamiento de plazas docentes. Hace un par de semanas, después de que la SEPE otorgó las nuevas plazas laborales para el actual ciclo escolar, un grupo de maestros de educación física reprochó que las autoridades educativas no les otorguen sus espacios formales, siendo que tienen 10 años de antigüedad y menos de 15 horas de clase.
Sean o no ciertas las aseveraciones de corrupción, lo que sí puede decirse es que hay demasiada oscuridad en el tema. Se ha aprovechado la pandemia del coronavirus para hacer las cosas con una total falta de transparencia. Y en esa circunstancia, el sospechosismo de corrupción es válido.
En el caso de Noé Rodríguez las acusaciones estriban en que ha aprovechado su cargo de dirigente del partido para acomodar en los comités municipales a personas aliadas al grupo político que encabeza. Eso hace pensar que está creando su propia estructura de cara a una eventual candidatura a un cargo de elección popular.
En el pasado, la presidencia del partido no le sirvió de mucho porque el gobernador Mariano González Zarur le jugó las contras. Si bien fue candidato a diputado local, no pudo alcanzar el triunfo en una elección extraordinaria derivado, entre otros factores, del anuncio de incremento al pasaje del transporte público una semana antes de los comicios.
En esta ocasión el gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez ha sido cuidadoso de no cargar, al menos públicamente, los dados a favor de Anabell Ávalos. Tal vez por eso ha dejado actuar a Rodríguez Roldán y a Domínguez Ordoñez, pero eso le puede ocasionar un desgaste a su gobierno que puede traducirse en votos en contra el día de la elección el próximo año.
Lo prudente para el mandatario es que, en el caso de la SEPE, las cosas se transparenten con el claro propósito de evitar acusaciones que tarde o temprano le van a hacer ruido a su administración. No puede dejar pasar las cosas como si nada sucediera.
A siete meses de las elecciones, nada hay cierto sobre quién ganará la gubernatura. Eso, entonces, implica ir limpiando la casa ante la eventual posibilidad de que un partido diferente al suyo alcance el triunfo. Está a tiempo de hacer las cosas.