SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ

Medios y debate
En el proceso electoral de 2016, el equipo de campaña de Lorena Cuéllar Cisneros, entonces candidata a la gubernatura por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), cometió diversos errores que influyeron en su derrota. Uno de ellos fue su relación con la prensa.
En varios y repetidos momentos, integrantes de su equipo emitieron constantes descalificaciones contra periodistas y medios, lo que se convirtió en una mala estrategia porque esos medios y esos periodistas tenían un peso bien ganado dentro de la opinión pública, por más que en ocasiones no se estuviera de acuerdo con ellos.
Como sucede en el ámbito nacional, cada medio informativo tiene su particular línea editorial, que muchas veces –hay que decirlo- se ve influenciada por la cuestión económica. En el caso de Tlaxcala el recurso económico del erario es una cuestión de sobrevivencia porque la participación de la iniciativa privada no existe. Casi todos los medios –por no decir todos- dependen de los convenios de ampliación de información que se hacen con el gobierno estatal, los gobiernos municipales y los órganos autónomos.
Eso que se observa en lo local, también sucede en el ámbito nacional. Hoy en día, por ejemplo, la situación de Televisión Azteca y de La Jornada es muy distinta de la que vivían muy recientemente, en el sexenio pasado. Y existen, por supuesto, medios incómodos para el presidente Andrés Manuel López Obrador, como Reforma y El Universal. Son solo ejemplos.
Sin embargo, a pesar de que una gran proporción de los recursos provienen de las instituciones públicas, los medios tienen una constante lucha por mantener una independencia informativa, que gana lectores y que a veces no gusta a aquellos que pagan convenios de ampliación.
Es decir, a pesar de que estamos lejos de aquellos años del gobierno de José López Portillo, aún prevalece en el ambiente aquella frase de “no pago para que me pegues”.
Lo anterior es importante tenerlo de contexto, porque pareciera que como el gobierno estatal tiene convenios de ampliación informativa con muchos medios de comunicación, eso mismo se refleja en una falta de pluralidad. Ese concepto es equivocado. Cada medio informativo tiene una línea editorial específica.
El género de opinión es otro aspecto importante. Un opinador tiene, generalmente, una inclinación crítica a favor o en contra de ciertos actores políticos. Y eso lo van generando estos últimos dependiendo de su actuar dentro de la administración pública, como sucede en el caso de todos quienes aspiran a la gubernatura. Por supuesto, hay plumas que pesan más que otras, dependiendo de la misma trayectoria profesional que uno mismo se ha ganado al paso del tiempo.
Pareciera que en el equipo de campaña de Lorena Cuéllar Cisneros eso no está bien entendido, porque a raíz de un acuerdo en el que participaron los representantes de todos los partidos políticos surgieron los nombres de quienes moderarán el primer debate que tendrán este domingo quienes contienden por la gubernatura.
Ello no significa, sin embargo, que haya existido una falta de tacto cometida por el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones (ITE), cuya comisión interna de debates que ya de por si arrastra sus propias diferencias con la salida de la consejera Dora Rodríguez Soriano de la presidencia, haya puesto sobre la mesa a un grupo reconocido de periodistas, pero que participan todos –a excepción de Elízabeth Muñoz Vázquez- en noticieros dependientes de la Coordinación de Radio, Cine y Televisión (Coracyt), cuyo coordinador es nada menos que el titular de Prensa de Gobierno, Carlos Villanueva.
Había más periodistas reconocidos de otros medios informativos que también hubiesen hecho un buen papel como moderadores. Y algunos de quienes participan este domingo, habrían tenido participación en el segundo debate. No hubo pluralidad y en eso, gran parte de responsabilidad no sólo la tiene la comisión de debates, sino los representantes partidistas de la coalición Juntos haremos Historia que defienden los intereses de su candidata a la gubernatura.
Pero en eso que se observa como un error que tiene su origen en el ITE, le daña al gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez, quien recientemente firmó un Acuerdo por la Democracia dentro del cual existe el compromiso de no intervenir en las elecciones.
En pocas palabras, todos salieron perdiendo. Sin embargo, y pese a ello, ojalá el domingo veamos un buen debate, digno de lo que los tlaxcaltecas merecen tener.