CÍRCULO ANALÍTICO Por ALEJANDRO FRANCISCO GUTIÉRREZ CARMONA - Linea de Contraste

CÍRCULO ANALÍTICO Por ALEJANDRO FRANCISCO GUTIÉRREZ CARMONA

Surrealismo político

El surrealismo, de acuerdo a la definición de la Real Academia Española, es un movimiento artístico y literario, iniciado en Francia en 1924, con un manifiesto de André Breton, y que intenta sobrepasar lo real impulsando lo irracional y onírico mediante la expresión automática del pensamiento o del subconsciente.  Trasladando este movimiento artístico a la política tenemos como resultado al gobierno de  la 4T, encabezado por el presidente, quien es el máximo exponente del surrealismo político, es quizá, el mandatario más irracional del planeta. Ha llevado la irracionalidad a su máximo grado de representación.

            Pero, además, hay varias figuras públicas que se han convertido en focas aplaudidoras de este surrealismo político. Hay un grado de fanatismo que sólo de escucharlo perturba a la razón; políticos, empresarios, académicos, etc., aprovechándose de la ignorancia de la gente, le mienten sin tapujos y con los más bajos sofismas. Estas alabanzas maniáticas le hacen mucho daño al país, ya que la irracionalidad se desvanece ante los problemas concretos, como el COVID-19, que es una pandemia que se ha esparcido casi por todo el mundo.

            El presidente comete una irresponsabilidad, al mencionar que con escapularios y estampitas se protege al hombre de este virus, pone en riesgo la vida de muchos mexicanos, por no someterse a las indicaciones de la Secretaría de Salud. Estas declaraciones son desafortunadas porque ni siquiera tienen un sentido del humor, al contrario, es un golpe bajo al desarrollo científico. Sin embargo, hay mucha gente que le cree ciega y sordamente, a tal grado de salir a comprar esos fetiches.

            Los apologistas de este surrealismo se encuentran en el sector económico, político y académico de este país. Para quedar bien con el señor presidente han caído en lo más bajo, es decir, han perdido su dignidad y se han convertido en simples focas aplaudidoras. Por ejemplo, el empresario Ricardo Salinas Pliego fue enérgico y tajante en una reunión que hizo con sus empleados, diciéndoles que el presidente tiene razón cuando dice que no entremos en pánico y que no hay ningún problema para seguir transitando por las calles haciendo compras en los negocios. Mencionó que sus negocios seguirán ofreciendo sus servicios porque no se puede morir la gente de hambre. Sin embargo, el Grupo Salinas ha acumulado mucha riqueza, según la revista Forbes aumentó de 7 mil 100 millones de dólares en 2018 a 11 mil 100 millones de dólares en 2019. Este empresario ensanchó su fortuna en 4 mil millones de dólares en un año, pero su afán de ganancia es insaciable, ya que tiene que seguir explotando a sus trabajadores. En esa reunión escucharon atentos sus fieles empleados, entre ellos, el columnista Sergio Sarmiento y el periodista Javier Alatorre aplaudiéndole a uno de los hombres más ricos de México.

            El “académico” John Ackerman en su show televisivo transmitido por el canal 11, un medio de comunicación que está financiado por la administración pública mexicana. Afirmó que el presidente de México es un científico, y con ello, un experto en la materia del Coronavirus. Hasta a su propia compañera de programa Sabina Berman no paraba de reír de las tonteras que decía el mexican boy.

            Por su parte la clase política no se queda atrás, ya que el diputado del Partido del Trabajo (PT) Gerardo Fernández Noroña se ha convertido en un lisonjero de su compañero presidente, todo lo que haga el presidente lo aplaude y lo defiende, sin tener argumentos elementales y sin hacer una pizca de autocrítica, llegando a decir que el COVID-19 es una histeria y un arresto domiciliario. El gobernador del estado de Puebla, Miguel Barbosa, mencionó que el COVID-19 les da a los ricos ya que los pobres son inmunes a este virus.

            Sin duda, estamos ante una verdadera crisis política, económica y social; la clase gobernante es soberbia y no acepta la crítica, simple y sencillamente, porque se defienden los intereses de la clase dominante. No hay un gobierno liderado por un estadista, estamos ante un presidente que ha convertido a la política en algo irracional. La corrupción no era el problema de México, la mafia del poder sigue estando en el poder, los amuletos no combaten el COVID-19, los abrazos y no balazos no sirven para acabar con la violencia. En fin, una cadena de irracionalidad que desencadenará una severa crisis para México.

Doctor en Historiografía en la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Azcapotzalco

Rector de la Universidad de Ciencias y Artes del Potosí (UCAP)

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