SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ - Linea de Contraste

SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ

Insensibilidad en plena crisis

Horacio González

En la decisión que han tomado las autoridades gubernamentales de exhortar a la población a quedarse en casa y a tomar una sana distancia para evitar que más casos de Coronavirus se presenten en Tlaxcala, dos dependencias han quedado rebasadas: la Secretaría de Educación Pública del Estado (SEPE) y la delegación de la Secretaría del Bienestar. Una es estatal y otra es federal, pero coinciden en que sus titulares aspiran a la candidatura al gobierno del estado.

En ambos casos, sus titulares, Florentino Domínguez Ordoñez y Lorena Cuéllar Cisneros, han carecido de estrategias para enfrentar con éxito la crisis del Coronavirus, Covid-19.

En el primer caso quedó al descubierto la rigidez de un funcionario incapaz de dar salida práctica a la realización de un Consejo Técnico Escolar extraordinario el pasado 23 de marzo. En pleno aislamiento, Domínguez Ordoñez dejó firme una decisión de que tal actividad se llevara a cabo de manera presencial en las escuelas de educación básica. Su argumento: la medida fue tomada por la Federación antes de que los gobiernos estatales anunciaran sus propias medidas de protección ante el Covid-19.

Si su afirmación fuera cierta, entonces mal ha hecho el gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez de adelantar la suspensión de clases en las instituciones educativas de todos los niveles, pues tal disposición en el ámbito federal no inició sino hasta una semana después que en Tlaxcala.

Pero no ha sido sólo ese hecho el que ha evidenciado a Florentino Domínguez. El viernes 27 de marzo cientos de docentes acudieron a las instalaciones de la Unidad de Servicios Educativos de Tlaxcala (USET) para cobrar la segunda quincena de marzo, y eso mismo se verá este lunes para que los maestros cobren la primera quincena de abril.

Un boletín oficial trató de ocultar el hecho, pero una mayoría de medios informativos evidenció la falta de medidas de la autoridad educativa. Porque si bien adentro de las oficinas los servidores públicos de la SEPE atendían con tapabocas, no lo hacían con guantes y afuera decenas de profesores y profesoras tuvieron que esperar en medio de la contingencia y de las altas temperaturas que casi llegaron a los 30º, sin respetar las medidas anunciadas por la propia autoridad.

En conclusión, lo sucedido en estos días ha evidenciado con nitidez la distancia entre un político que se adelanta a las circunstancias y un funcionario que aspira a continuar en la nómina para sólo seguir cobrando del erario para despachar cómodamente desde un escritorio, a no ser que sean tiempos de campaña.

Pero eso mismo observado con el titular de la SEPE puede verse en otros niveles. Es el caso del federal, particularmente en la delegación de la Secretaría del Bienestar, cuya delegada Lorena Cuéllar no deja de trabajar en beneficio propio con miras a 2021.

Los propios alcaldes la evidenciaron durante su más reciente reunión con el gobernador Marco Antonio Mena, a propósito de las medidas que se tomarán en las comunas a propósito del Covid-19. No sólo con relación a los servidores de la nación, sino también con los beneficiarios, quienes tienen que acudir personalmente a recoger el dinero de los programas a los que están inscritos, sin las medidas de protección necesarias.

Lo que sucede en la SEPE-USET y en la Secretaría del Bienestar son dos casos lamentables. Lo deseable es que no haya repercusiones en la salud de ninguna de las personas que han acudido o acudirán donde tienen que hacerlo, por mera necesidad. En lo político, más temprano que tarde tendrán que pagar las consecuencias.