SIN FILIAS Y SIN FOBIAS Por JOSÉ JACINTO VEGA - Linea de Contraste

SIN FILIAS Y SIN FOBIAS Por JOSÉ JACINTO VEGA

Aniversario con pena

El viernes pasado el Partido Revolucionario Institucional Cumplió 93 años, considerando a la trilogía PNR-PRM-PRI, nacida oficialmente un 4 de marzo de 1929. En otros tiempos, los festejos hubieran sido multitudinarios y con gran estruendo, sin embargo, la lamentable condición que vive este partido hizo que la fecha pasara casi inadvertida, al menos en lo que corresponde al priísmo tlaxcalteca, el cual parece moverse con sigilo, como queriendo que nadie los note ante la pena que arrastran por sus últimos fracasos electorales, que los tiene postrados y en coma.

Las expectativas del tricolor en el ámbito nacional rumbo a la elección del 2024 se reducen a lograr la supervivencia como partido político y, a lograr un número de legisladores federales que le permitan “tener con qué” negociar con quien haya de ocupar la presidencia de la República, ya que muy posiblemente para entonces no tengan ninguna gobernatura en sus manos.

En el escenario local tlaxcalteca la situación del PRI es aún más dramática, ya que, en cuanto a la elección de senadores, yendo solos no tendrán posibilidad de lograr ninguna senaduría por Tlaxcala y, si van en alianza dependerá de que ocupen la primera fórmula, situación que el PAN difícilmente les concederá después que en 2021 le cedieron la candidatura a la gubernatura. En cuanto a las diputaciones federales por los distritos tlaxcaltecas, ni solos, ni en alianza, parecen tener posibilidades de ganar ninguna demarcación federal. Sus posibilidades de tener un representante en Congreso de la Unión se reducen a que su dirigencia nacional ubique en alguna posición privilegiada a algún priísta tlaxcalteca, situación que no resulta muy posible ante la medianía de los cuadros locales, entre los que solo les resta como figura Beatriz Paredes Rangel sobre quien pesan algunas dudas en cuanto a su plena lealtad al tricolor desde 1998.

En el medio local, el PRI, solo tiene un distrito electoral, al cual deberían apostar por retener, ya que en los 14 restantes tampoco tendrán muchas posibilidades de ganar, y en ayuntamientos quizá ganen una media docena que de poco les valdrá, ya que los presidentes municipales necesitan mucho de quien ocupa la gubernatura y, por ello, terminan pasándose al partido en el poder, o manteniéndose lejos del PRI.

Los cuadros priístas son cada día más exiguos, y sus dirigentes de nivel más irrelevante cada día. En 2024, sin lugar a duda, enfrentarán una crisis para completar sus candidaturas, las cuales es mucho pedirles que sean competitivas, deberán conformarse con que haya quienes les entreguen sus documentos para registrarlos.

Su presidente estatal provisional sigue siendo lo que fue en tiempos del Gobernador Mariano González Zarur, un simple ayudante, sin liderazgo político propio, por lo que al PRI le urge definir a un presidente estatal con un poco más de autoridad moral sobre lo que queda del priísmo, para organizar con anticipación, la elección de 2024, que pudiera ser la última para este partido.

Todos los ingredientes referidos, exponen el escenario en que llegó el tricolor a su cumpleaños número 93, con poco que festejar y con mucho de que avergonzarse, ya que la segunda oportunidad que tuvieron de regresar, tanto a la presidencia de República como a la gubernatura de Tlaxcala, las desperdiciaron grotescamente, por lo que los priístas tienen mucho que reprocharle a Enrique Peña Nieto, Marco Antonio Mena Rodríguez y Mariano González Zarur, cuyo hijo, por cierto, sueña con ser senador en 2024 y gobernador en 2027, claro, si los propios priístas se lo permiten. 4 de marzo de 2022, para el PRI en Tlaxcala un aniversario con pena.