SIN FILIAS Y SIN FOBIAS Por JOSÉ JACINTO VEGA - Linea de Contraste

SIN FILIAS Y SIN FOBIAS Por JOSÉ JACINTO VEGA

El figurón y el figurín

Si algo se le puede reconocer al exgobernador Alfonso Sánchez Anaya, independientemente de su frivolidad, nepotismo y falta de palabra para cumplir, es su personalidad, que fue factor fundamental para que en 1998 derrotara al PRI, en aquella histórica elección que sacó al tricolor por vez primera del Palacio de Gobierno de Tlaxcala.

La labor de Don Alfonso como mandatario estatal fue relevante en comparación con la de sus tres antecesores y todos sus predecesores; sin embargo, el pueblo le recuerda más por su necedad de convertir a su esposa en su sucesora, lo que se convertiría en la fractura que lentamente fue desmoronando al PRD, hasta llevarlo a la agonía que hoy padece.

No obstante, el enorme yerro político que cometió en 2004, la personalidad de Don Alfonso le permite pasearse a placer por Tlaxcala, aunque causando dos efectos, por una parte, agrado por su presencia, y por otra, risas contenidas al recordar la pésima decisión que tomó al final de su gobierno.

Hoy, 18 años después de la derrota política que Don Alfonso se empeñó en obtener en la elección para sucederlo, parece haber olvidado, que su nepotismo fue el causante de ello, y ha empezado a construir otra candidatura de papel, como la de 2004, para intentar llevar a otro miembro de su familia a la gubernatura local; Sánchez Anaya, obtuvo de parte de la gobernadora Cuéllar Cisneros una posición de primer nivel en su gabinete, la cual, como de todos es sabido fue para su hijo, quien ha paseado lo gris de su personalidad a lo largo y ancho de Tlaxcala en el primer año del lorenismo.

Faltando año y medio para la definición de las candidaturas federales del 2024, que darán a quienes ganen, “boleto” para la jugada por la gubernatura de 2027, Don Alfonso bien sabe que la Secretaría de Infraestructura no será plataforma suficiente para meter al “ponchito” a la batalla política mayor, y ha empezado a mover sus fichas para tratar de convertirlo en líder estatal de MORENA, aunque no tenga cualidades para liderar un partido político de masas como son los guindas, su perfil encajaría más en el PAN; de logar sentar a su junior en el liderazgo moreno, Don Alfonso estaría detonando una fractura similar a la que hizo en el PRD en 2004, que podría llevar al partido de la 4T en Tlaxcala a un destino parecido al que hoy tienen los amarillos.

Don Alfonso será siempre un figurón público con una elocuente oratoria, pero su heredero, “el Ponchito”, que no puede articular más de dos frases seguidas, simplemente un figurín.