SIN FILIAS Y SIN FOBIAS Por JOSÉ JACINTO VEGA - Linea de Contraste

SIN FILIAS Y SIN FOBIAS Por JOSÉ JACINTO VEGA

Entró por la puerta de atrás

El pasado martes 8 de noviembre, Anabell Ávalos Zempoalteca tocó la puerta trasera del PRI en Tlaxcala, Oscar Amador le abrió, la dejó entrar, le entregó las llaves del desvencijado partido y se fue, para dejar que la excandidata al gobierno del Estado se encargue de darle las exequias a lo que queda del otrora partido invencible.

La metáfora sobre la llegada de Ávalos a la dirigencia local priísta, es una forma de tratar de entender el procedimiento seguido para ungirle en el cargo, ya que fue con base en una “chicanada” estatutaria que permite que, a la separación del dirigente en turno sin asamblea convocada por su máximo órgano de gobierno, este sea sustituido interinamente por quien ocupe la secretaría de organización, en la cual un día antes había sido designada Doña Anabell, qué coincidencias tan felices dirían algunos, sin embargo, como en política no hay coincidencias, es entendible que fue previamente instrumentado para evitar convocar a sus consejeros estatales a un proceso electivo, en el que quizás habrían tenido dificultades frente al bloque de lo que queda del “Marianismo” (buena parte migró ya hacia Movimiento Ciudadano).

Ávalos llegó a su unción acompañada principalmente de dos bloques, por una parte, trabajadores del sector salud acarreados por Blanca Águila, y por otra, un grupo de septuagenarios y octogenarios que son en realidad lo que queda del PRI tlaxcalteca, quienes se presentaron para atestiguar, la que quizás haya sido la última “liturgia” priísta.

Anabell llega cargada de rencor tras su derrota en 2021; es una política de la vieja escuela, sin imaginación para los tiempos presentes, su imposición, porque eso fue, es como una pequeña consolación por la pérdida de la gubernatura, en lo que se resuelve si le compensan con una senaduría (está difícil), diputación federal (solo en los primeros lugares de la lista plurinominal de la cuarta circunscripción) o diputada local (caso similar que en la federal), y le dejan soñar que en cinco años, a sus 63 de edad, pueda volver a competir, aunque la obligada alternancia de géneros que deben observar los partidos políticos en la postulación de candidaturas, le llegue a obligar al PRI a postular en Tlaxcala a un hombre en la candidatura al gobierno del Estado en 2027.

No pocos son los ingenuos que creen que Ávalos tiene guardados en algún lugar los poco más de 240 mil votos que logró en 2021, perdiendo de vista que esa fue la fotografía de un momento específico que ya no existe. De los cinco partidos que la postularon, uno ya no existe (PS), otro está aliado del “otro lado” (PAC), uno más agoniza irremediablemente (PRD), otro (PAN), está más ocupado en salvaguardarse que en revivir a Anabell, y el suyo, que está a punto de ser solo testimonial.

Finalmente, Anabell logró burlar la resistencia de lo que queda del “Marianismo” en el PRI y se instaló en la dirigencia tricolor local, aunque su llegada haya tenido que ser por la puerta de atrás.