SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ - Linea de Contraste

SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ

Educación, polvoredas inútiles

Hace una semana se levantó en Tlaxcala una gran expectativa, que devino en grave preocupación, cuando el pasado 22 de septiembre  el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP) federal, Esteban Moctezuma Barragán, anunció que en Chiapas y Campeche se podrían retomar las clases presenciales durante este mes de octubre, aunque precisó que todavía se evaluaba esa situación.

La preocupación creció cuando al día siguiente el mismo presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, informó en su mañanera que ya se analizaba poder abrir escuelas en aquellas entidades federativas donde estaban a punto de pasar a semáforo verde. “Sí, Campeche, Chiapas y otros”, dijo.

No se sabe por qué motivos, pero López Obrador levantó una polvareda donde no debía hacerlo. Por ese motivo, las autoridades del sector salud en Tlaxcala tuvieron salir al paso de manera inmediata para precisar que en el estado no estaban dadas las condiciones para dar paso a clases presenciales en las escuelas.

No estaban dadas las condiciones ni la están en territorio estatal, seguramente como tampoco en el resto del territorio nacional. Veamos.

En julio, el mandatario nacional había anunciado que a partir del primero de octubre la burocracia federal regresaría a sus oficinas. Sin embargo, hace un par de semanas rectificó al informar que lo haría hasta finales de este mismo mes.

La realidad ha estado desmintiendo al presidente de la República. Este miércoles 30 de septiembre el Diario Oficial de la Federación (DOF) publicó el Acuerdo por el que se establecen los Criterios aplicables para la Administración de los Recursos Humanos en las Dependencias y Entidades de la Administración Pública Federal para mitigar la propagación del Coronavirus COVID-19, en el que se establece que el regreso de los funcionarios federales al trabajo en oficinas se extenderá hasta el 4 de enero de 2021.

En ese acurdo se precisa que, en los casos en los que sea posible, se privilegiará el trabajo a distancia o home office y, en aquellos en los que no sea posible, los trabajadores mantendrán horarios escalonados y días alternados.

De manera particular, se precisa que una de las medidas que se mantendrá es el trabajo en casa, que será realizado por aquellos grupos vulnerables, como adultos mayores de 60 años, personas con discapacidad, mujeres embarazadas o en periodo de lactancia y personas con enfermedades crónicas consideradas de riesgo por las autoridades de salud, como diabetes, hipertensión, enfermedad pulmonar, hepática o metabólica, obesidad mórbida, insuficiencia renal, lupus, cáncer y males cardiacos, entre otros padecimientos

Por supuesto, quedan exceptuados “los trabajadores de las secretarías de Salud, Defensa, Marina y Seguridad, del Servicio de Protección Federal y la Guardia Nacional, del Servicio Exterior Mexicano, así como del IMSS, del ISSSTE, de los Institutos Nacionales de Salud y Alta Especialidad, y demás instituciones que prestan o están relacionados con salud, protección civil y labores indicadas por el presidente”.

Se acerca la temporada invernal y las autoridades del sector salud ya prevén un incremento en los casos de Covid-19 en el cierre de este año, debido al descenso de las temperaturas. La Secretaría de Relaciones Exteriores prevé que las vacunas contra la pandemia estarán disponibles dentro del primer trimestre del próximo año. Falta por ver la distribución y la aplicación. ¿Por qué entonces hacer ruido donde no debe haberlo?

El regreso a clases implicaría, inevitablemente, un movimiento grandísimo de personas, con consecuencias catastróficas para la salud por los contagios que ese mismo movimiento originaría.

Lo anterior es ejemplo de lo mal que se ha conducido el gobierno federal en el control de la pandemia. No es el único asunto en el que ha actuado mal, ya por descuido, ya por ineptitud. Por lo pronto, la medida de que la burocracia regrese en enero debería ser replicada en las entidades federativas, entre ellas Tlaxcala. Y el sector educativo, terminar el ciclo escolar en casa. ¿Para qué precipitar las cosas?

Lineazo: En las cartas de navidad que por adelantado han entregado a la Secretaría de Planeación y Finanzas las entidades públicas en sus proyectos de presupuesto para el ejercicio fiscal del próximo año, todo parece indicar que no habrá de otra que recortar expectativas en la iniciativa que el Ejecutivo deberá entregar al Legislativo en próximos días.

Lo cierto es que dentro de la discusión por los dineros que ya dese ahora se prevé, no puede haber sino más que un solo ganador: el poder Legislativo. Los diputados locales son los que discutirán y aprobarán el presupuesto, el suyo incluido. A menos que el titular del Ejecutivo ponga un alto y vete con su no publicación el exorbitante incremento de 10 millones de pesos que ya se saborean los legisladores, no se ve que el abuso de éstos se detenga por alguna circunstancia.