SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ
Morena: corregir el rumbo
Al Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) no le están saliendo bien las cosas. La falta de claridad y transparencia en el proceso para elegir a sus coordinadores y coordinadoras estatales para la defensa de la Cuarta Transformación, en aquellas entidades de la República donde habrá elecciones para renovar las gubernaturas el próximo año, han originado una serie de justificadas protestas entre los aspirantes y la militancia.
Viendo cómo fue manejado el proceso interno de renovación de la dirigencia nacional de Morena, no sorprende. Las acusaciones de fraude que en su momento hizo el diputado federal Porfirio Muñoz Ledo, se repiten ahora en los estados. Y retumban fuerte.
Las inconformidades no son exclusivas de las aspirantes a la gubernatura de Tlaxcala y de la militancia morenista. Sinaloa, Nayarit y Guerrero son otros de los estados donde también se escuchan voces inconformes. En esa circunstancia, si el Comité Ejecutivo Nacional de Morena no lleva a cabo un replanteamiento en su estrategia para seleccionar a sus candidatos y candidatas, es seguro que sufrirá serios reveses electorales en junio de 2021.
El problema es que al líder nacional de Morena, Mario Delgado Carrillo, se le ha ido la boca. Él mismo adelantó que quienes surgieran como coordinadores y coordinadoras estatales para la defensa de la Cuarta Transformación serían quienes encabezarían las candidaturas. Por eso es la inconformidad sobre el nombramiento.
La coordinación estatal debió haber sido una primera etapa en la selección de candidaturas. Una segunda en enero, ahora sí definitiva, pero con un nuevo levantamiento de encuesta en la que todas y todos los aspirantes que con anterioridad se registraron para participar en la definición, participaran en la selección de la empresa encuestadora. Así, con transparencia, se conocería la metodología que se aplicaría, los tiempos en que se realizaría y los resultados que arrojaría. Pero no se hizo de esa forma.
La opacidad y la duda en los resultados ocasionan la falta de credibilidad en los anuncios y destapes realizados por la dirigencia nacional. Esa carencia hace que las fisuras ya existentes se hagan más grandes y en algunos casos se conviertan en fracturas. Si no se corrige el rumbo, más allá de las probables impugnaciones que lleguen a los órganos electorales por la inconformidad en la selección de candidatos y candidatas a las gubernaturas, lo más grave será que el voto morenista se debilite en las urnas.
En el caso de Tlaxcala, la senadora Ana Lilia Rivera Rivera y la empresaria Dulce Silva Hernández han expresado su lealtad al proyecto del presidente Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, eso no equivale a un voto seguro, el de ellas y el de quienes las apoyan, para la elección de la gubernatura.
Si bien es cierto que nunca ha habido unidad en Morena, también lo es que si no existe un trabajo fino para sanar heridas, habrá en Tlaxcala un voto diferenciado. Tal vez no se trabaje en contra del partido y la candidata, pero sería suficiente sí sólo existen brazos caídos. Esa puede ser la diferencia entre el triunfo y la derrota.
Lineazo: La tarde de ayer fue aprobado el presupuesto de egresos para el ejercicio fiscal del próximo año. Y como se preveía, los legisladores locales fueron los ganadores absolutos de lo que ellos mismos aprobaron. Tendrán recursos suficientes, un total de 450 millones de pesos disfrazados en el Fondo de Obras y Acciones para los Municipios del Estado, para buscar su reelección o para buscar otro cargo de elección popular, si así lo deciden.
El gobernador Marco Antonio Mena no quiso cerrar su último tramo de gobierno con un conflicto con el Legislativo. Se entiende: en el cierre estará la definición de su cuenta pública y, por supuesto, ante una oposición mayormente morenista, pretende aprobarla sin problema alguno. El intercambio, habrá evaluado, bien vale la pena. No habrá veto alguno al dictamen aprobado ayer.