SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ - Linea de Contraste

SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ

Maestros de tiempo completo, nueva clientela electoral

 

En este año electoral, el gobierno federal apostó por incorporar a su feudo una nueva clientela, seguramente con vista a la obtención de una mayoría en la Cámara de Diputados federal, y alcanzar el mayor número posible de cargos de elección popular en las entidades federativas, entre ellos 15 gubernaturas.

Las escuelas de tiempo completo y los maestros incorporados a ese programa están en la lista. En el caso de Tlaxcala hablamos de al menos 4 mil 200 docentes y directivos que laboran en un promedio de 540 instituciones de preescolar, primaria y telesecundaria, dentro de las cuales reciben clase unos 88 mil alumnos.

Resulta que hace tres días, el martes 26 de enero, el Diario Oficial de la Federación dio a conocer los lineamientos de operación del programa “La Escuela es Nuestra”, dentro de los cuales se establece que la dispersión del recurso económico para los maestros y maestras ya no será a través de la Unidad de Servicios Educativos de Tlaxcala (USET), sino de la Secretaría del Bienestar. La entrega será directa y sin intermediarios, mediante la entrega de tarjetas electrónicas que funcionarán, preferentemente, en los denominados Bancos del Bienestar.

Eso sí, la Secretaría de Educación Pública (SEP), a través de la Subsecretaría de Educación Básica, “llevará a cabo la selección de los planteles a ser beneficiados, considerando los de un solo turno, en todos sus niveles y servicios educativos”. Las autoridades educativas locales, o sea los gobiernos estatales, no tendrán mayor participación que sólo recibir la relación de las escuelas participantes.

Si antes la dispersión era cada dos meses, para este año la asignación será mensual, en el periodo de enero a diciembre. Lo que no cambia es que siguen sin considerarse los periodos vacacionales establecidos en el respectivo calendario escolar.

Es decir, si ya la Secretaría del Bienestar estaba electoralmente armada con el manejo de los principales programas sociales, súmele ahora lo relativo al programa de escuelas de tiempo completo. Y no solo eso, también los apoyos económicos a los planteles educativos que estarán dentro del programa, pues la idea del actual gobierno federal es entregar de manera directa, a los Comités Escolares de Administración Participativa, los recursos económicos para “mejorar las condiciones de infraestructura y equipamiento de los planteles públicos de educación básica, además de proporcionar y establecer escuelas con servicio de alimentación”.

En pocas palabras, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador pretende que maestros y padres de familia, beneficiados con el programa “La Escuela es Nuestra”, se sumen a sus adeptos votando a favor del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). No es difícil adivinar la jugada.

Por ahora, nadie, ni del gobierno federal ni del gobierno estatal, es capaz de informar a los profesores y profesoras si los recursos económicos por los que varias veces marcharon durante los meses de noviembre y diciembre, se les entregarán este año o ya están perdidos. Es dinero de los últimos cuatro meses del año anterior y el recurso no es menor.

Pero mientras de eso se encargan las autoridades del sector educativo, ya sabemos la más reciente estrategia electoral de López Obrador.

Lo que no hay que perder de vista es el hecho de que hay un riesgo en esta estrategia, similar a lo que sucedió con la aprobación de la nueva Ley General de Educación, en septiembre de 2019, cuando se concretó la desaparición del Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa. La responsabilidad de construir y mejorar los planteles ya es de los padres de familia.

Cuidado, sobre todo porque hay un riesgo de disminuir todavía más la calidad de la infraestructura educativa del estado y de todo el país. Recordemos que en las escuelas es donde laboran alumnos, docentes y todo el personal de los planteles. Al tiempo.

Lineazo: Mientras el ayuntamiento de Tlaxcala emite cotidianamente boletines informativos en los que se asegura el refuerzo de un programa preventivo por la pandemia del Covid-19, trabajadores de limpia, muchos de ellos de la tercera edad, son obligados a comprar sus propios insumos para defenderse de la pandemia.

Habría que recordar a la presidenta municipal interina, Mildred Vergara Zavala, que el personal de limpia, aproximadamente 80 personas, está en contacto con desechos que podrían ser foco de infección para contraer la enfermedad. Sin embargo, parece que eso no importa a la autoridad municipal, que parece ser más candil de la calle y obscuridad de la casa.