A CAPELLA Por MAURICIO HERNÁNDEZ OLAIZ - Linea de Contraste

A CAPELLA Por MAURICIO HERNÁNDEZ OLAIZ

Magistrado Inamovible.

De lograr conseguir mantenerse Mario de Jesús Jiménez como magistrado a través de artimañas legaloides y vacíos legales sentaría un pésimo precedente, así como un golpe irreversible a la ya de por si mermada credibilidad del poder judicial en Tlaxcala.

Son varios los operadores que desde el congreso buscan frenar, no solo los juicios políticos en contra del togado, sino también el procedimiento para conocer y seleccionar al abogado que sustituirá a Jiménez en el tribunal superior de justicia. Uno de ellos ya dio la cara.

El desprestigiado diputado Víctor Baez uso su espacio en la agenda legislativa para buscar frenar la terna para la elección del nuevo magistrado. Con juicios confusos y hasta ridículos, así como muy parecidos a los que argumenta el propio Jiménez Martínez en su misiva al congreso, Baez también culpó de supuesta negligencia a la encargada de la Secretaría Parlamentaria, todo con la intención de anular los oficios remitidos al poder Ejecutivo para que este no envíe la terna de abogados para suplir en el cargo a Mario Antonio de Jesús Jiménez Martínez.

Sabemos que el Magistrado está desesperado contando las horas que le quedan y tratando de encontrar la vía por la que se le considere inamovible del cargo. Pese a los muchos señalamientos que cuestionan su honorabilidad como impartidor de justicia, las evidencias claras de acciones consideras sospechosas de delito y hasta audios en donde se le escucha en reparticiones de dinero, Jiménez Martínez considera que su trabajo es tan notable y diferenciado que debería continuar en el cargo.

Y vaya que Don Mario debe ser un gran amigo, todo un compadre, si muchos están dispuestos a jugarse su carrera política y hasta su prestigio con tal de lograr apoyarlo en su desesperada ambición y deseo de permanencia. Solo basta recordar como el propio titular de los derechos humanos en Tlaxcala, Víctor Manuel Cid Del Prado, se ganó un juicio político en el congreso, solo por tapar a su “carnal” con toga, siendo omiso a las solicitudes de investigación de hechos violatorios de los derechos humanos como la libertad de expresión y el derecho a la información entre otros.

Y es que los esfuerzos de la camarilla por conseguir casi lo imposible son dignos de comentario, revisión y sospecha. Mario no tiene de otra, debe dejar el cargo. Ya se desempeñó por dos periodos como miembros del Pleno del TSJE y por ley no puede permanecer por una etapa más. En diciembre del 2014 fue ratificado en su cargo por los diputados y se estableció deberá dejar su lugar el próximo 3 de marzo del 2021. Punto final.

Lo que preocupa ahora, sin duda, es que ante la premura del tiempo, aunado al tradicional tortuguismo del legislativo, harán que la evaluación y revisión de las propuestas, que serán tres; pues no solo debe dejar el cargo Jiménez, también Elsa Cordero y Rebeca Xicohténcatl, sea fast track por parte de los diputados, lo que ya en el pasado ha demostrado que los lleva a cometer hierros legales abismales y omisiones graves, lo que pudiera abrirles la oportunidad legal, no solo a Mario, sino también a Rebeca.

 Además en caso de que alguna terna o las tres sean rechazadas, los legisladores podrán pedirle al mandatario una segunda terna, que si también es desechada, entonces el gobernador de Tlaxcala ya tendría el derecho de elegir a los magistrados entre los integrantes de la última propuesta que envió al Congreso del Estado, lo que hace vital y relevante la celeridad del asunto.

Insisto sería muy lamentable, preocupante, que en el cargo se mantuviera un personaje como Mario, con sus antecedentes, gracias a artimañas legaloides o vacíos legales.

Pero el tiempo transcurre y parece el asunto se estanca. Esperemos una pronta respuesta del ejecutivo a la solicitud del legislativo. No queremos pensar que sean más los que, por distintos motivos, quieran que Mario De Jesús Jiménez Martínez se convierta en un Magistrado inamovible. Sería una patada a la justicia tlaxcalteca, sería una afrenta a la propia balanza, una más que pone en tela de juicio la ceguera de uno de los tres poderes de la unión.

@olaizmau