SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ
La disputa por las magistraturas del TSJE
El próximo tres de marzo concluyen su labor como magistrados del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE) Mario Antonio de Jesús Jiménez Martínez y Elsa Cordero Martínez. En consecuencia, antes el Congreso del estado tendrá que elegir a sus respectivos relevos de entre las ternas enviadas por el gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez.
De entre los nombres que ya tienen en su poder, los legisladores y legisladoras locales tienen la responsabilidad de elegir a las mejores propuestas. Y las hay, por lo que se observa.
Es el caso de Luis Manuel Muñoz Cuahtle, quien hasta principios de diciembre fue magistrado del Tribunal Electoral de Tlaxcala (TET), de donde salió con reconocimiento por su labor y sus aportes. Tiene experiencia en funciones públicas y en el litigio, si bien su especialización es la materia electoral. De esa experiencia, el litigio y resolución de expedientes, carecen Pedro Sánchez Ortega y Augusto Zárate Pérez. Así que si fuera por eso, el Legislativo no tendría problemas para elegirlo en sustitución de Elsa Cordero Martínez.
Tal vez por eso, porque al realizar un análisis es el más destacado de la terna, se le ha pretendido descalificar por supuestamente incumplir requisitos legales. No hay tal incumplimiento. Por ejemplo, la fracción III del artículo 116 de la Constitución federal establece que no podrán ser magistrados de los poderes judiciales locales “las personas que hayan ocupado el cargo de Secretario o su equivalente, procurador de Justicia o diputado local, en sus respectivos estados, durante el año previo al día de la designación”.
Y si bien el artículo 18 de la Ley Orgánica del Tribunal Electoral de Tlaxcala establece que concluido su periodo de magistrados, éstos no podrán asumir un cargo público, ese mismo artículo traslada a la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, que sobre ese supuesto precisa, en el numeral 2 del artículo 107, que concluida su responsabilidad “no podrán asumir un cargo público en los órganos emanados de las elecciones sobre las cuales se hayan pronunciado, ni ser postulados para un cargo de elección popular o asumir un cargo de dirigencia partidista, por un plazo equivalente a una cuarta parte del tiempo en que haya ejercido su función.
El Pleno del TSJE, valdría recordar, no es un órgano emanado de una elección constitucional, sino que se integra por propuestas provenientes del Ejecutivo a través de ternas, de las cuales el Legislativo puede rechazar o designar.
En la otra terna enviada por el gobernador al Congreso del estado también parece haber una descalificación anticipada dirigida a la propuesta más fuerte, que es Angélica Aragón Sánchez. Ella se desempeña como juez segundo de control y de juicio oral del distrito judicial de Guridi y Alcocer dentro del Poder Judicial. Su designación, en consecuencia, sería un reconocimiento a su labor, como bien incluye esa posibilidad el texto constitucional actual.
La designación o no designación de ambos pertenece exclusivamente al poder Legislativo, cuyo Pleno ésta conformado pluralmente. Es decir, la definición tendrá lugar después de una negociación política entre varias fuerzas partidistas representadas en el Congreso del estado. Así ha sido en otras ocasiones y el proceso ha funcionado.
Sucede, sin embargo, que la definición de candidaturas al gobierno estatal, principalmente dentro del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) -que tiene en el Congreso local la fracción parlamentaria más numerosa-, está metiendo ruido a la designación de las magistraturas.
No es bueno saber eso, sobre todo porque pese a que Morena tiene una ventaja en las encuestas, aún está por definirse el resultado de la elección que se realizará el próximo seis de junio. Y porque las fuerzas dentro de ese instituto político, reflejadas dentro de su propia fracción parlamentaria, no van todas con quien será su abanderada a la gubernatura.
Lineazo: La renuencia de Mario Jiménez Martínez de dejar libre el lugar que ocupa en una de las magistraturas en el TSJE, no trae buena señal porque adelanta la judicialización futura del nombramiento que lleve a cabo el Legislativo. El magistrado es uno de los que más mala reputación tiene derivado de su trabajo, tal vez a la par que la magistrada Rebeca Xicohténcatl Corona, quien por su parte no tuvo en diciembre pasado el respaldo para ser ratificada.
Al poder Judicial le hacen falta aires nuevos, renovados. Ambos debieran entenderlo y, en su momento, tomar las maletas para retirarse con dignidad.