SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ - Linea de Contraste

SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ

Los retos del equipo lorenista

Fuerte en el ánimo pegó en el equipo de Anabell Ávalos Zempoalteca la encuesta publicada el viernes pasado en El Universal, después de que éste dio a conocer que la candidata a la gubernatura de la coalición “Juntos Haremos Historia por Tlaxcala”, Lorena Cuéllar Cisneros, tiene una ventaja de 19 puntos porcentuales con relación a su más inmediata perseguidora, la alcaldesa capitalina con licencia.

Tal ventaja parecería inalcanzable a un mes de llevarse a cabo la jornada electoral. Sin embargo, el resultado de otras encuestas publicadas, como la más reciente de México Elige, hace que el ánimo no decaiga. No es para menos si tales estudios demoscópicos establecen un empate técnico entre ambas abanderadas.

Más allá del resultado que arrojó la encuesta de El Universal a favor de Lorena Cuéllar, en el ambiente político-electoral del estado se respira una contienda muy cerrada, tanto, que hay un convencimiento de que la contienda no se separa más allá de cinco puntos porcentuales. Eso hace que los equipos se esfuercen y sigan mostrando músculo y adhesiones.

Este fin de semana tocó el turno del ex gobernador Alfonso Sánchez Anaya, quien dio su respaldo, a través de la organización Frente Tlaxcalteca, a Lorena Cuéllar Cisneros. Su encuentro sólo confirma lo que ya se sabía desde que la dirigencia nacional hizo las designaciones de las candidaturas para las diputaciones locales y los ayuntamientos.

Cuéllar Cisneros se respalda políticamente con Sánchez Anaya y éste no evade esa alianza política, la cual, para muchos morenistas, ha resultado demasiado cara porque hizo a un lado al resto de los grupos internos. Hay fractura, aunque de ese lado no quieran verla o la minimicen. Los resultados del desdén al resto de los grupos no se verán sino hasta el 6 de junio, día de las votaciones.

Por lo pronto, con la definición de las candidaturas, en el campamento lorenista no queda de otra más que minimizar las inconformidades y la sangría de militantes. En ese mismo tenor, trabajar en lo que fue su punto débil en el proceso electoral de 2016: la representación de la candidata en las casillas electorales.

Si el equipo de campaña no afina ese detalle, el resultado seguramente se traducirá en un gran dolor de cabeza porque, de no ser positivo el resultado electoral como en 2016, será imposible defenderse jurídicamente sin la obtención de pruebas. Ese es el reto ahora: la conformación de su ejército de representantes para el cuidado de las casillas. Y, por supuesto, rodearse de un competente equipo jurídico para una eventual defensa ante los tribunales electorales.

Ahora bien, si la encuesta de El Universal refleja la realidad, el reto durante los próximos 30 días será conservar la ventaja y movilizar a su electorado simpatizante el día de la jornada electoral. Tendrá que idear sus estrategias porque es seguro que sus oponentes sí las tendrán para movilizar su propia estructura electoral, con la ventaja de ser gobierno.

Las cosas no vienen fáciles, pero el equipo lorenista cuenta con la ventaja de lo mucho aprendido en 2016. Depende de ellos que la lección aprendida hace casi cinco años rinda buenos frutos.