SIN LÍNEA Por HORACIO GONZÁLEZ
Miguel Nava en el TET, otra vez
No es que el Tribunal Electoral de Tlaxcala (TET) atraviese una crisis. Afortunadamente no la atraviesa como sucede en el ámbito nacional con la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), pero sí uno de los suyos: Miguel Nava Xochitiotzi, quien llegó de la mano al cargo de magistrado propuesto por el senador José Antonio Álvarez Lima en noviembre de 2018.Tres años en esa magistratura han puesto al descubierto lo denigrante de su comportamiento en ese órgano jurisdiccional autónomo, sin que en ese lapso el Senado de la República hubiese hecho algo para impedir más denigración.
El año pasado, en la coyuntura de la designación de una magistratura por culminación del cargo, los senadores y senadoras tuvieron la oportunidad de evaluar el cuestionado desempeño de Nava Xochitiotzi para, eventualmente, deponerlo del cargo. No lo hicieron, tal vez con el fin de no reconocer el error de la propuesta.Había elementos suficientes para hacerlo, como el de la corrupción, cuando en los inicios de su desempeño pedía el diezmo del salario que ganaba uno de sus secretarios de estudio. Después le fue descubierto un intercambio de favores en la contratación del personal en su ponencia, a cambio de que su hija se incorporara a un cargo dentro del Poder Judicial.
Ambos sucesos, tal vez, fueron peccata minuta para el magistrado porque después vino una denuncia ante la Fiscalía Especializada en el Combate contra la Corrupción luego de que, indebidamente y por medio de falsedad de declaraciones, exigía el reembolso de 17 mil 760 pesos por un accidente automovilístico sucedido en Veracruz, en día y horas no laborables. Ese caso llegó al Senado de la República y por eso ahora mismo es investigado en esa cámara legislativa.La Contraloría interna del mismo Tribunal Electoral fue la encargada de dar cuenta de esa denuncia ante el Senado, como corresponde hacerlo cuando detecta alguna irregularidad.
El hecho es que las irregularidades que alcanzan al magistrado se encuentran más allá de los asuntos administrativos. Su principal actividad, la jurisdiccional, también está cuestionada. Dos años le costó a Miguel Nava asentarse en la ponencia que encabeza, al menos una docena después de que proyectos suyos fueron rechazados por el Pleno para ser engrosados.El último caso fue la elección de ayuntamiento en el municipio de Zacualpan, en el que hace poco más de una semana pretendió sorprender a todos los actores, incluidos sus propios compañeros de Pleno, al proponer la validez de la elección y la confirmación de la constancia de mayoría a favor del Partido del Trabajo (PT).
Hay versiones que le señalan en un contubernio para conseguir posiciones en la próxima administración municipal, pero la pretensión no alcanzó su propósito cuando el caso pasó a estudio del presidente José Lumbreras García.El resultado es público: la constancia de mayoría al PT fue revocada y con órdenes al Instituto Tlaxcalteca de Elecciones (ITE) de entregarla a Movimiento Ciudadano.
De este instituto político dependerá que un nuevo expediente llegue al Senado de la República para su investigación.El senador Álvarez Lima se equivocó una vez, pero es difícil que se equivoque dos en el mismo caso. A menos que también haya algo entre manos que involucre al legislador federal en asuntos de tal pestilencia. Ya se verá en el tiempo.Lineazo: El TET está a días de designar a un nuevo contralor interno, o bien de confirmar a uno nuevo en sustitución de José Antonio Hidalgo Cote.
Si la congruencia permea en Miguel Nava Xochitiotzi, el asunto de la nueva elección o de la confirmación no deberá pasar por el magistrado.Hay un claro conflicto de interés en el caso por parte de Nava Xochitiotzi, quien en otros asuntos ha solicitado excusarse por su amistad con actores políticos que han tenido que ver con el municipio de Contla de Juan Cuamatzi. La amistad ha sido la excusa esgrimida.
En este caso de la Contraloría no deberá ser la amistad sino la animadversión el motivo de una nueva excusa. Hay que recordar que el contralor fue quien denunció al magistrado en el Senado de la República. El interés del Nava Xochitiotzi, entonces, es evidente de no querer tener en el mismo barco del TET a alguien que le es incómodo.