A CAPELLA Por MAURICIO HERNÁNDEZ OLAIZ
¿No qué no?
El audio que circuló con la voz del secretario de educación, Homero Meneses, destapó un nuevo escándalo en la muy joven y problemática administración de Cuéllar Cisneros.
Es cierto que la corrupción al interior de la SNTE con varios de sus agremiados no es, ni nuevo, ni mucho menos sorpresivo, lo llamativo es que pese a su discurso de contar con calidad moral y de sentirse y prometerse el funcionario impoluto, Meneses ya lleva dos muestras de que, ni es tan puro, ni tan eficaz. Le estalló la bomba.
Su otrora aliada, querida y camarada Wendolyn Amaro, se le salió del huacal. Y era de esperarse, la trayectoria de esta mujer habla por sí misma, más allá de todo lo que le han ventilado de sus millonarias prebendas, la lucha de poder es la constante y la evidencia en el audio filtrado muestra el cochinero al interior de la SEPE-USET.
Es cierto que ese pantano de corrupción al interior del sector educativo no es nuevo, pero de nueva cuenta el discurso de los transformadores se vuelve a quedar, tan solo, en el medio propagandístico. Es por ello que, por lo menos yo, los cuestiono tanto, porque juraron que todo eso se iba a acabar. El audio, no solo da muestra de un secretario cómplice, sino hasta protagonista de los privilegios que se le entregan a ciertos sectores de trabajadores administrativos de la delegación DIII-1 perteneciente a la Sección 31.
Y es que lo de Amaro, insisto, no es nuevo, pero como en campaña y en la lucha por el poder convenía a sus intereses pues le perdonaron todo. Ahora Homero se la tiene que tragar y sin sal. Provecho.
Y aunque la gobernadora salió a apagar las llamas, la realidad es que no sabemos que se les prometió a los hambrientos sindicalizados, pues el pedorro boletín del gobierno, para no variar, no dice nada más que ya se arreglaron. La gobernadora estableció acuerdos, dicen, pero ¿Cuáles? ¿A qué precio?, no lo sabemos, pero barato no le salió a la señora gobernadora, sobre todo cuando hay cola que le pisen a ella y algunos familiares en eso de la educación y el sindicato, al final la “mandataria” también es maestra con plaza, dicen que con licencia.
Al final lo menos importante es lo que debería ser más importante, la educación, esa que ha estado secuestrada en todo México por personajes como Wendolyn Amaro y solapada por secretarios como Homero Meneses, pues el anterior defensor de las causas justas, hoy es tan solo uno más de la triste historia, esa que no permite a la educación avanzar en Tlaxcala.
Homero Meneses ya no puede presumirse como el funcionario preclaro y eficiente, es como tantos otros. Pasó de decirse ser un portador de la antorcha de la verdad, de la lealtad y la honestidad que al llegar al poder se transformó en lo que juró combatir.
Un verdadero funcionario de alta calidad moral, desde el día uno al frente de la SEPE-USET, hubiera acabado con los privilegios de Amaro y su marido. Prefirió hacerse rosca y seguirles comprando las roscas, además de otros privilegios como plaza, cafetería banquetes, sustento y lo que no sabemos. Existe, según sé, una fiscalía anticorrupción, ¿por qué no presentar la denuncia correspondiente?.
El fuera máscaras perdió la suya apenas en la primera caída, que fue con la de los transportes Alejandra, en esta segunda caída perdió el combate, que no la cabellera pues no tiene. Sobrevivirá gracias al respaldo de la gobernadora, pero si esta no se pone a la altura, el sindicato no tardará en comérsela a ella también. Ya no son tiempos de campaña, son tiempos de pagar las deudas adquiridas en la misma.
El choque de Homero Meneses con el gremio magisterial, ocurrió desde su llegada, ya que son muchos los maestros que afirman que el secretario es soberbio y que presume ser una persona muy estudiada, tratando al resto como ignorantes.
¿Se acuerdan de lo que decía del anterior secretario Manuel Camacho Higareda? Yo sí. Y ahora le digo yo al secretario lo que alguna vez nos dijo él en la mesa de redacción. Entiendo su postura y posición pues ya sé para quien trabajan… Igualmente señor Secretario, tiro por la culata.
¿No qué no?
@olaizmau