SIN FILIAS Y SIN FOBIAS Por JOSÉ JACINTO VEGA

 

El próximo verano

En las últimas semanas ha sido notorio el recrudecimiento de las declaraciones y acciones apresuradas del Presidente López Obrador, su prisa por inaugurar un aeropuerto, cuyas obras complementarias estarán listas hasta dentro de tres o cuatro meses, sin tener el convencimiento de la mayoría de las aerolíneas para utilizarlo y, sin contar con las certificaciones internacionales correspondientes, se suman al apresuramiento de las legisladoras y legisladores de MORENA y sus aliados, por aprobar una reforma a la ley que les permita “empujar”, más de lo que de por si hacen, la consulta de “revocación de mandato”, que por sí sola tendría una baja participación, manipulando la opinión y la atención pública para concentrarla en los temas del aeropuerto y la consulta y con ello, tender una cortina que distraiga de temas más profundos que amenazan el horizonte económico-social en el corto plazo.

La inflación y estancamiento de la economía nacional (estanflación), cuyo pronóstico de crecimiento ha sido recortado por calificadoras internacionales, a no ser mayor del dos por ciento para el presente año, contra una inflación que se acerca peligrosamente a ser de más de un digito porcentual, han deslizado constantemente los precios de los insumos básicos reduciendo el poder adquisitivo de las familias, por ello, las tasas de interés sobre los créditos al consumo están siendo contenidas “artificialmente”, al igual que los precios de las gasolinas, los cuales están siendo subsidiados con los ingresos extraordinarios del petróleo obtenidos por la elevación del costo en el mercado mundial, ¿y todo para qué?

El primer objetivo es que la consulta del diez de abril próximo supere la participación del cuarenta por ciento para que sus efectos sean vinculantes, no para revocarle el mandato a Don Andrés, ya que es claro que el ciego apoyo popular que aún goza le dará un margen amplio a su favor, en una consulta que él mismo se promovió con el fin de manipular sus resultados para tratar de inducir en el colectivo social, la “necesidad y beneplácito del pueblo” porque siga siendo presidente, no solo lo que resta de aquí al treinta de septiembre de 2024, sino que se prolongue vía reforma constitucional, al cabo el músculo legislativo lo tiene, y si esto no prospera convencer al electorado que le es adicto, que él y solo él tiene la sabiduría para señalar quién debe sucederle. De aquí la importancia de que nadie dude de cómo debe votar en la consulta.

El segundo objetivo son las elecciones para renovar las gubernaturas de los estados de Tamaulipas, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo, Aguascalientes y Durango, que se votarán el próximo 5 de junio, en las que su partido aparece como probable triunfador en cuatro de ellas, dos de las cuales le arrebataría al PRI, partido al que solo dejaría con dos gobernadores (Estado de México y Coahuila), lo que sería el preámbulo a su añorada desaparición y, las otras dos se las quitaría al PAN, partido que parece podrá retener, en alianza, las de Aguascalientes y Durango, lo que le dejaría seis en total, esto pondría en manos de MORENA y aliados 24 de las entidades federativas, una base sólida para las elecciones del 2024. De aquí la importancia porque nada altere la inercia de los resultados que parecen próximos a sucederse.

Pero, ¿qué puede suceder después de las elecciones de junio? No parece ser algo muy difícil de apreciar, simplemente soltar los precios de las gasolinas dejándolas de subsidiar, para ocupar esos recursos en el Tren Maya o la Refinería de Dos bocas; soltar las tasas de interés para que las personas paguen el costo real del dinero, lo que podría quebrar a muchas personas endeudadas vía tarjetas de crédito u otros créditos al consumo. La cruda que parece avecinarse puede dar al traste la borrachera de felicidad por los resultados de la consulta y las elecciones de gobernadores, así amenaza ser el próximo verano.