SIN FILIAS Y SIN FOBIAS Por JOSÉ JACINTO VEGA - Linea de Contraste

SIN FILIAS Y SIN FOBIAS Por JOSÉ JACINTO VEGA

El PRI con las horas contadas

El Partido Revolucionario Institucional en su capítulo Tlaxcala o, los despojos que quedan del otrora partido hegemónico en el país y en la entidad, tiene que encontrar con urgencia a una persona para ser su dirigente estatal. El problema básico simplemente es que ya no tiene figuras políticas, al menos medianamente presentables para tratar de coordinar a los diversos grupos del partido y que estos le hagan caso. Los grupos de nivel estatal que se supone quedan en la baraja priísta local no son más de 2 o 3, siendo condescendientes con ellos. Las dos grandes personalidades son los exgobernadores Beatriz Paredes Rangel y Mariano González Zarur, de ellos se derivan todos los demás vigentes.

Doña Beatriz es la tlaxcalteca con mayores palmares políticos de la historia moderna de la entidad, idolatrada por algunos, quienes se refieren a ella como “la jefa”, pero detestada por otros quienes le nombran de muchas formas, fue durante muchos años el referente obligado para todo aquel que aspiraba a una candidatura o puesto de poder público en Tlaxcala. Hoy se encuentra tal como su partido, en franco declive. Cuestionada por los propios priístas sobre el papel que ella y sus cercanos jugaron en la elección del año 2021, tal como lo fue en las de 1998 y 2004 cuando el PRI también perdió la gubernatura, (basta con observar cómo Enrique Padilla se ha ubicado tras esas derrotas). Paredes enfrenta hoy la cruda realidad de su invierno político, sus principales operadores ya fallecieron o, son adultos mayores en el retiro y, los que le quedan no son suficientemente notables como para encabezar la reconstrucción del partido. Sus dos ramificaciones vigentes, Anabel Ávalos y Blanca Águila, carecen del liderazgo personal para unir a los priístas, su actuar más bien tiende a ahondar las divisiones, será interesante ver por qué persona se decantan como propuesta del “Beatricismo” para dirigir al tricolor local.

Don Mariano, quien gusta fundamentalmente de dos cosas para demostrar su poder, regañar a todo mundo (aunque no haya razón para ello) y, pelear con quien se pueda (hasta con un espejo lo haría), trata de rescatar para su grupo al partido con miras a que sea la plataforma para llevar a su hijo a la candidatura al gobierno del Estado en 2027. González Zarur aun carga con el enojo derivado de su inconveniente decisión de apoyar a Marco Mena como su sucesor, el bloqueo que este poco agradecido y gris burócrata tuvo con quien lo sentó en la gubernatura afectó al “Marianismo”, cuyo equipo, también ya es muy longevo o, solo le quedan personajes de medio pelo hacia abajo que son poco útiles para el proyecto de Mariano González Aguirre, El heredero político de Don Mariano disfrutó del empuje de su linaje para ser diputado local y colocarse en la dirigencia nacional del tricolor, pero también padeció el enojo contra dicho linaje cuando recibió una paliza electoral en 2018 al pretender ser diputado federal, cargo al que accedió en 2021 por la vía plurinominal en la circunscripción del norte del país, ya que no pudo superar el bloqueo de Mena para ir por la que corresponde al Estado de Tlaxcala. Al parecer el bloque Marianista ya tiene su propuesta para la dirigencia, la cual recae en una mujer con aceptable trayectoria política, ya fue diputada local, presidenta municipal y diputada federal derrotando en ese lance político al exgobernador Sánchez Anaya. Ella, si bien no sería la gran unificadora del priísmo local, tampoco ahondaría las diferencias       como sucedería con Ávalos y Águila.

Para no dejar sin repasar correctamente al exgobernador Mena, este literalmente no tiene un grupo significativo al interior del priísmo local que también le cuestiona sobre su actuar en la elección de 2021. Quien hace las veces de su embajador político es su hermano Fabricio al que impuso como diputado local plurinominal para que cuidara de su impunidad entregándose con la Gobernadora Cuéllar como un diputado más del morenismo, aunque con la camiseta del PRI. Fabricio que es más entendido de las formas políticas que su hermano Marco, sabe que sus posibilidades en el tricolor están acabadas, por ello ha inducido la creación de un partido político local a través de un exdirigente y exdiputado local priísta, como mecanismo para tratar de sobrevivir y lucrar políticamente, solo que primero deberán lograr el registro. Todas estas penurias que hoy enfrenta el tricolor tienen al PRI en Tlaxcala con las horas contadas.