A CAPELLA Por MAURICIO HERNÁNDEZ OLAIZ - Linea de Contraste

A CAPELLA Por MAURICIO HERNÁNDEZ OLAIZ

¿Por cuánto tiempo?

En los últimos días ha corrido fuerte el rumor en redes sociales de la próxima desaparición del equipo de fútbol Coyotes de Tlaxcala. La razón, la falta de dinero.

Para nadie ha sido un secreto que este equipo, desde su creación, ha contado con el apoyo financiero del gobierno del estado. Mariano González  Zarur entregó carretadas de billetes al equipo, que en sus primeros años fue sumamente exitoso. Entonces se hablaba de que fuertes patrocinadores estarían fortaleciendo las finanzas del club para hacerlo autosuficiente.

Se fue Mariano y el equipo siguió dependiendo del gobierno. Marco Mena mantuvo el apoyo económico y hasta remodeló el estadio Tlahuicole, pero los patrocinadores privados siguieron sin aparecer haciendo que la oncena coyote siguiera dependiendo del dinero público.

Cifras van y vienen, pero la realidad es que nadie sabemos cuánto dinero del erario se ha entregado al proyecto futbolístico “profesional” del estado. Ahora se dice que el gobierno de la nueva historia no quiere aportar la cantidad de recursos al equipo que otorgaban sus antecesores, haciendo inviable la supervivencia del club.

Esta vez… coincido con Lorena Cuéllar.

En todos mis años como periodista deportivo he criticado la financiación de gobiernos al fútbol profesional, por muchos motivos, los cuáles se explican a la perfección en mi columna del 22 de febrero del 2018 https://gentetlx.com.mx/2018/02/22/y-hasta-ahora-avisan/.

Desde los tiempos en que el gobierno de Veracruz salvó a sus tiburones rojos, hasta el crecimiento inexplicable de la franquicia del Pachuca y su universidad del fútbol al amparo de los gobiernos de Hidalgo, la crítica ha sido la misma, la falta de un fairplay financiero.

No es justo que gobiernos estatales financien equipos de fútbol en la liga de ascenso. El futbol profesional es de empresas privadas, de inversionistas privados y ellos son lo que tratan de regular de mejor manera a su deporte, Y para hacerlo transparente, se deben tener reglas iguales para todos.

Creo que si el deporte profesional es de inversionistas privados, deben ser los privados los que generen sus propios recursos para desarrollar el proyecto. Aquellos equipos “profesionales” que le deben su existencia al dinero público ya llevan una ventaja competitiva, totalmente opaca, pues nunca se sabe cuánto dinero se les inyecta. A diferencia de otros clubes 100% privados que tienen más carencias deportivas, de estructura y logística pues no son ajenos al SAT.

El dinero público, el mismo que se gasta para mantener franquicias de fútbol, debe ser usado para invertir en los niños y niñas en su activación física, en promover el deporte en las comunidades, en apoyar a jóvenes talentos, en crear una infraestructura para el desarrollo de la actividad física y el deporte en todo el estado.

El gran problema es que en Tlaxcala es casi nula la existencia de inversionistas privados. Si hablamos de  que los dueños de la franquicia de los coyotes son de los empresarios más ricos, y por si mismos, son incapaces de mantener al equipo, pues como lo manifesté en mi columna del 20 de octubre de 2015 cuando aún escribía para el medio Código Tlaxcala (por eso ya no encontrará el artículo) https://www.codigotlaxcala.com/opinion/mauricio-enrique-hernandez-olaiz/item/13269-a-los-coyotes-y-mariano-les-queda-el-mismo-tiempo. El tiempo de vida de los coyotes sería muy breve.

Y es que los costos de un equipo profesional son muy elevados. Cifras que asustan en serio. Desde la nómina, traslados, equipamiento, alimentación, hospedajes, bueno es un barril sin fondo. No en balde algunos multimillonarios dueños de equipos siempre han manifestado que el fútbol no es negocio. El negocio es para los promotores, representantes, pues aunque los clubes ganan dinero con la venta de jugadores, los costos de sus equipos se lo comen, mientras que los representantes, esos modernos esclavistas del balón hacen grandes fortunas, la corrupción también es parte intrínseca del balompié mexicano.

Y no es como que Coyotes venda muchas playeras…y menos fuera de Tlaxcala, aunque si exista.

Con la aparente decisión del gobierno de Cuéllar Cisneros de no otorgar los mismos recursos a la oncena coyote que en el pasado, se habla que el equipo  no desaparecerá, al menos durante el 2022, debido a que, parece ser, se logró un acuerdo económico “sustentable” para esa escuadra. Solo con la finalidad de buscar, ahora sí, hacerlo autosuficiente en el futuro y que no se pierdan los recursos ya ejercidos, el monumental gasto de remodelación del estadio y mantener viva a la afición local.

Pero el llamado es a que en lo futuro el gobierno dejará de “invertir” en el equipo. Algo que insisto comparto. La apuesta es grande y la meta complicada, pero ya no habrá los mimos de los anteriores gobernadores. Esperemos que ahora la nueva historia también aporte un presupuesto suficiente al desarrollo de todo el deporte de Tlaxcala.

Seguirá el aullido del coyote…pero…¿Por cuánto tiempo?….